Los Fogones de Pistachulín

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Nostrum, la comida ¿de mamá?

Hace pocas semanas abrió sus puertas un nuevo local de la cadena Nostrum a pocos metros del edificio donde trabajo, de hecho desde la ventana adyacente a mi puesto puedo verlo. Para
quien no lo sepa se trata de una franquicia que vende comidas preparadas que se elaboran de forma más o menos industrial, se envasan en bandejas de plástico y se distribuyen a los locales de la franquicia que actúan como meras tiendas, aunque también se puede comer en ellos.
Los dos esloganes de la marca son bastante contundentes: "La comida de Mamá para llevar" y "La calidad tiene un precio". Lo primero que pensé la primera y única vez que he probado sus productos es en la infancia tan dura que han debido de tener la gente de Nostrum si esto es lo que comían en casa. Sin embargo estoy totalmente de acuerdo en que la calidad tiene un precio y por eso se ha sacrificado la calidad en busca de abaratar costes.


Imagen extraída de www.nostrumbilbao.com

Desde mi punto de vista de crítico gastronómico aficionado Nostrum no tiene ningún interés, como no lo tienen las hamburgueserías, los kebaps y demás sitios de comida rápida. Sin embargo quería hacer una reflexión sobre este modelo de negocio y sobre el impacto que puede tener este tipo de comida en la alimentación de la población en general. Puntos a favor innegables son:

- Comodidad y rapidez en la compra, pues basta coger los platos envasados directamente de los expositores refrigerados y pagarlos en la caja.
- Precios muy competitivos (platos a 1, 2 y 3 euros), considerablemente más baratos que los de bares y restaurantes e incluso que los de locales de comida para llevar convencionales (en los que se cocina).
- Posibilidad de comprar con los diferentes tipos de cheques de comida que muchas empresas reparten a sus empleados.
- Desde el punto de vista nutricional y si hemos de creer que las etiquetas son veraces (nunca afirmaría lo contrario sin pruebas) y si los comparamos con los platos preparados que se venden en los supermercados la ventaja es que no llevan conservantes, colorantes ni aromas artificiales, ya que están pensados para tener una caducidad más corta.

Y en cuanto a los contras...el más importante de todos es la calidad, que es paupérrima, lamentable. También me preocupa el daño de imagen y la depauperación que para nuestra magnífica gastronomía tradicional implica convertirla en comida rápida, que incluso se vende en máquinas expendedoras, lo que ya me parece el colmo de la obscenidad. Me pregunto que debe pensar un turista extranjero de nuestra comida, o mejor dicho del poco respeto que le tenemos, cuando vea estas cosas.
Respecto al futuro de estas franquicias...tengo mis dudas, inicialmente pronostiqué que este local en concreto no llegaría a verano abierto, que se hundiría una vez pasado el nunca desdeñable efecto de la novedad y la curiosidad que ésta suscita. Ahora ya no estoy tan seguro, habida cuenta de la aceptación que está teniendo entre mis propios compañeros, veremos...
En mi única visita probé una fideuá, la peor de mi vida, con un sabor a residuos de combustión y un bacalao con romesco que, aun no siendo tan infecto, estaba tieso y con una salsa grasienta en exceso que parecía una mahonesa de romesco. En fin, para olvidar...



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La Venganza de Malinche

Para quien no sea un erudito en la historia de la conquista/genocidio de América por parte de los españoles (yo no lo soy pero me he informado) decir que Malinche fue una joven azteca que tras ser vendida como esclava por su madre y su padrastro terminó siendo intérprete, más tarde concubina y finalmente esposa de Hernán Cortés. Se considera que sin su mediación, ya que hablaba con fluidez tanto el maya como el náhuatl, la conquista de México habría sido mas difícil y en consecuencia más sangrienta. Cuando la esposa de Hernán Cortes en España se decidió a viajar a América, éste desposó a Malinche discretamente con uno de sus hombres de confianza.
Por lo tanto no me queda del todo claro si la Venganza de Malinche hay que entenderla como el servicio prestado a los españoles tras ser vendida como esclava por sus paisanos, a lo cual ella dificilmente podría haberse negado sin perder la vida o por contra la venganza (a título póstumo) contra los españoles que masacraron a buena parte de la población nativa. Si alguien que lea este artículo me lo puede aclarar le estaría muy agradecido.
Yendo ya a lo que nos interesa paso a comentar la cena que pude degustar en este mexicano hace unos días



Sin lugar a duda lo mejor de todo fueron unos sensacionales tamales hechos a la manera tradicional, es decir, al vapor dentro de hojas de plátano y rellenos de pollo con mole. Tanto la masa de harina de maíz como el relleno estaban deliciosos, sabores perfectamente equilibrados.
Excesivamente picante para el paladar europeo, por lo menos para el mío, el coctel de pulpo y camarones. La salsa, aparte de lima, cilantro y tabasco tenía un regustillo como a ketchup que no me convenció en absoluto. Sabrosa y suculenta la cochinita pibil y con un nivel de picante razonable, el problema es que trajeron todo a la vez y si se enfría, lo cual es inevitable si vas picando de todo un poco, pierde bastante.
Más allá de que un plato te guste un poco más o un poco menos, lo que da rabia es que la experiencia global podría mejorar mucho con un poco más de esmero en los detalles. Beber una Negra Modelo en uno de esos ridículos vasitos de Mahou no tiene mucho sentido, ni tampoco que  te sirvan unas crackers industriales (con plástico incluido) para el coctel de marisco o unas tortitas de maíz idénticas a las que puedes comprar en un supermercado, simplemente calentadas en el microondas y servidas dentro de un horroroso paño de cocina doble.

Como postre pedimos un pan de elote (maíz tierno)


Nos sirvieron una ración de tamaño descomunal de algo que se asemejaba a un pudding pero tremendamente compacto. Baste decir que pedimos uno para dos y que con lo que sobró, que me llevé en un tupper, tuve para desayunar dos días. A pesar de la compacidad estaba jugoso y el sabor era bastante agradable.

Como resumen, es un restaurante mexicano de calidad superior a la media de los que podemos encontrar en Valencia y al cual me apetece volver para probar otros platos pero que descuida algunos aspectos básicos que supondrían una mejora muy considerable. Sobretodo el tema de las tortitas... ¿acaso no es posible que en algun sitio hagan las tortitas de maíz caseras?



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Lentejas con Mejillones

Me gustan mucho las combinaciones de legumbres con pescados y mariscos. Seguramente los platos más populares en este sentido son las alubias (o fabes) con almejas y los garbanzos con bacalao pero las posibilidades son prácticamente ilimitadas. En este blog ya hemos publicado una receta de Guisantes con anguila y ahora nos vamos a decantar por un sencillo pero sabroso y equilibrado plato de lentejas con mejillones. Como el lector asiduo de este blog ya habrá notado los mejillones son uno de mis productos fetiche y no pierdo ocasión de probar a hacer nuevas recetas con ellos.



Ingredientes (para 4 personas)
  • 2 cebollas
  • 2 zanahorias
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde
  • 300 gramos de lentejas
  • 1 kg de mejillones
  • 1 hoja de laurel
  • pimienta negra en grano
  • pimentón dulce
  • sal
  • aceite de oliva

Elaboración

En una olla calentamos aceite de oliva y doramos los dientes de ajo que habremos picado bien finos. Acto seguido añadimos la cebolla, la zanahoria y el pimiento verde, todo ello bien picado. Cuando las verduras estén pochadas, sofreímos brevemente el pimentón y añadimos el agua. Escurrimos las lentejas que habremos tenido en reposo desde la noche anterior y las añadimos a la olla, junto con la hoja de laurel y unos 20 granos de pimienta. Durante los próximos 30 minutos que tendremos el guiso a fuego medio tenemos tiempo de sobra para abrir los mejillones al vapor, separar los bichos de sus valvas y colar el jugo de los mejillones con una estameña. Pasados los 30 minutos añadimos a la olla el caldo de los mejillones y dejamos cocer unos 10 minutos más tras los cuales apagamos el fuego y añadimos los mejillones.
Este guiso admite por supuesto muchas variantes, se pueden poner otras verduras o especias. Sin embargo es conveniente usar sabores suaves para que todo el protagonismo sea de las lentejas y los mejillones. Es importantísimo usar muy poca sal cuando salteemos las verduras ya que el caldo de los mejillones aporta practicamente toda la sal necesaria.




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