Los Fogones de Pistachulín

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Ca Duart

En la última edición de los gastrojueves decidimos visitar este restaurante del que no teníamos apenas referencias, pero nosotros somos así, osados y aventureros. La anécdota de la jornada fue sin duda el debate gnoseológico que se entabló acerca de la naturaleza y composición de los menús del día. Para empezar, y aunque sea lo de menos, el menú del día que aparece en la web es diferente del que ofrecen en el restaurante. Además en el menú de 15,50 € aparece una frase bastante enigmática en relación a los entrantes con múltiples posibilidades hermenéuticas, algo asi como que se debe elegir el mismo entrante para todos los comensales de una mesa. En un intento por esclarecer el asunto llegamos a preguntar hasta en tres ocasiones, obteniendo versiones distintas e incluso contradictorias en cada una de ellas, lo que sólo aumentó nuestra confusión. Al final cada uno pidió un entrante distinto de los tres entre los que se podía elegir y los compartimos, lo más curioso es que había un segundo menú de 20 €, y que no figuraba en la carta, que aparentemente incluía los tres entrantes a compartir, que fue justamente lo que hicimos. En fin, mi hipótesis es que nadie en el restaurante sabe a ciencia cierta que incluye cada menú, de ahí la dificultad para intentar explicarlo y del resto para entenderlo.

Pero vayamos a lo gastronómico que es lo realmente importante, de los tres entrantes el primero en entrar en escena fue este Huevo a baja temperatura con cremoso de patata, setas y pan crujiente





En general un plato bastante correcto pero el huevo estaba mucho más cuajado de lo que es habitual cuando se utiliza la técnica de cocción a baja temperatura. Parecía más un huevo pochado o escalfado, la yema no estaba líquida, o no totalmente, que es lo interesante para que se mezcle con el resto de elementos del plato. En cuanto al "cremoso de patatas" y esto es algo bastante generalizado,  no me gusta demasiado que para conseguir una textura tan suave y untuosa se le añade tanta nata y/u otros lácteos que al final ya apenas sabe a patata.

La Ensaladilla de atún -confitado o marinado, no recuerdo exactamente lo que ponía en la carta- con chile chipotle




estaba buena, nada pesada y con una textura y sabor muy interesantes, el ligero picante del chile le daba un puntito extra.

Es una pena que olvidase fotografiar el último de los entrantes, que era Sardina ahumada con berenjena a la llama sobre una fina tosta, me gustó mucho este bocado porque la sardina tenía bastante menos sal de lo acostumbrado lo que permitía apreciar todo su sabor, junto con la berenjena estaba deliciosa.

Los platos principales hay que decir que son generosísimos en cuanto a cantidad, este Arroz con conejo, caracoles, setas y pino es para una persona, en muchos sitios ni siquiera te dan la opción de pedir arroz para una sola persona.




El arroz estaba muy bien de punto y con mucho sabor, únicamente lo habría dejado reposar dos o tres minutos mas para que terminase de evaporar un poquito de humedad que le quedaba.

El Rossejat de fideo fino con ajos tiernos y galeras




estaba bueno y nos lo comimos con gusto pero al igual que al arroz le faltaba una pizca de evaporación y por otra parte en mi opinión le sobraba un pelín de cocción -obviamente es mucho mas difícil conseguir el punto exacto con este fideo tan fino-, yo lo habría dejado un poquito más al dente. Personalmente prefiero hacer la fideuá con fideos un poco mas gruesos, del número uno o dos.

Como postre, Panacotta con frutos rojos




Reconozco que no la probé -no fue el postre que yo elegí-, no por nada sino porque la panacotta de nata ni me gusta ni me sienta nada bien. Se apreciaba eso si una textura muy buena, más parecida a una mousse que a una gelatina, que es lo que lleva la panacotta tradicional.

El que yo comí fue la Tarta tatin de manzana con chantilly




La manzana caramelizada y aromatizada con ron estaba rica, un postre bastante ligero que se come muy bien, muy adecuado después de unos principales de tal magnitud. Eso si, unos trozos de manzana sobre una lámina de hojaldre tiene poco que ver con una tarta tatin tradicional, esa es la verdad.

Un menú con algunas cosillas mejorables pero sin ningún error grave y que nos dejó una impresión buena, salimos bien comidos. Volveremos para probar más cosas y tener una visión más global, y de paso a ver si acabamos entendiendo como funcionan los menús.




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