Los Fogones de Pistachulín

Paginas

Koyama Sushi Bar

Soy una persona que va a los restaurantes a comer. El diseño y la decoración del local no es para mi algo prioritario pero hay casos como éste en los que hace daño a la vista la arbitrariedad y la estricta ausencia de sentido estético a la hora de "decorar" un restaurante. Lamparitas de sobremesa con luces de diversos colores, una estufa de butano en medio del comedor, grabados y cortinas de estilo inclasificable...una cosa es intentar crear una atmósfera informal y confortable, otra es tratar de darle salida a todo lo que encuentras en el bazar. Anécdotas aparte, en el aspecto gastronómico, y aunque no tenía esa idea en mente, me llamó la atención que ofrecieran la posibilidad de degustar un sukiyaki. Aunque había leído cosas sobre esta preparación japonesa, nunca antes lo había comido. Es un plato de invierno que podríamos considerar algo así como el "cocido japonés", carne, verduras y fideos cocidos en un caldo que lleva salsa de soja, mirin y azúcar. La principal particularidad es que la cocción de los ingredientes es de unos pocos minutos y se hace en la misma mesa del comensal colocando la olla encima de un infiernillo de gas. Existe un plato similar, el shabu shabu, del que hablaremos en otra ocasión.
Este es el aspecto del sukiyaki nada más llegar a la mesa:




Ternera cortada en lonchas finas - se puede elegir también de cerdo-, tofu, konjac, verduras -col, cebolleta, etc-, flammulina y fideos udon. La flammulina es una seta fina y alargada, parecida a la enoki, mientras que el konjac es una planta con la que se hace una gelatina que a su vez se emplea para elaborar fideos, tallarines, etc.

Tras unos minutos el sukiyaki está listo para comer, a partir de ese momento se baja el fuego para que únicamente conserve la temperatura. Cuando falta poco para que termine la cocción se le añade la mitsuba




también llamada perejil japonés ya que las hojas tienen una forma muy parecida y resulta también refrescante. Tiene un sabor que recuerda al apio pero más suave, parece ser que ha de hervirse muy poco tiempo ya que de lo contrario amarga. Aquí el sukiyaki ya está listo para comer.




La verdad es que ha sido una buena experiencia. Si exceptuamos el tofu, producto completamente insípido que se quedó tal cual en la olla, el resto estaba muy sabroso. Los fideos udon, que por cierto son un poco resbaladizos -y eso que me manejo razonablemente bien con los palillos- absorben muy bien el sabor del caldo, que va ganando en sabor y complejidad conforme los ingredientes se cocinan -la mitsuba por cierto le aporta un toque muy interesante-.
Hay una buena cantidad de comida, de hecho se supone que es para dos -habiendo comido otras cosas antes-, pero yo lo he tomado como plato único y he quedado satisfecho sin sentirme pesado. Tenía entendido que en Japón se sirve un cuenco con huevo crudo batido para mojar los ingredientes antes de comerlos, en éste caso no ha sido así.

Para terminar la comida lo que más me me apetecía era un té verde, que ha resultado ser de bolsita -me parece que era té sencha-, creo que en un restaurante japonés -en realidad en cualquiera- es un aspecto que hay que cuidar más. A pesar de ello la relación calidad precio es buena y el servicio también, a pesar de que tuve que insistir demasiado para poder pagar la cuenta, éste es un tema que se repite demasiado y que cada vez me mosquea más.


Publicar un comentario

Archivo del blog

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

etiquetas
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...