Los Fogones de Pistachulín

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Alfàbega

No creo exagerar lo mas mínimo diciendo que cuando se traspasa un restaurante debería ser obligatorio cambiarle el nombre. Lo contrario es una fuente de confusión, por no decir de engaño, hacia los clientes, sobretodo teniendo en cuenta que el cambio será siempre a peor ya que si es a mejor los nuevos propietarios o gestores le cambiarán con seguridad el nombre para diferenciarse del negocio preexistente.  Es además algo muy injusto para los que hayan trabajado en el anterior restaurante que verán como su experiencia laboral automáticamente pierde "caché", salvo para los que conozcan bien la historia, al ser asociada a un nombre devaluado. Como ya os podéis imaginar he sido víctima de esta nefasta, aunque a día de hoy legal, práctica. Sólo a posteriori he sabido que el restaurante Alfàbega vivió tiempos mejores antes de ser traspasado. Actualmente, encogido (literalmente, parte de su antigua superficie la ocupa otro restaurante) y depauperado en lo culinario, es posible que de vez en cuando todavía reciba incautos como yo, ignorantes de la usurpación. Que me pase a mi, que me afano en estudiar y conocer en lo esencial el panorama gastronómico de Valencia, no deja de ser una cura de humildad.

El menú de mediodía empieza con una colección deslabazada de entrantes, continúa con un segundo o plato principal y termina con un postre. Por cierto, resulta curioso y al mismo tiempo penoso que en lugar de las tradicionales cartas en papel te faciliten unas tabletas gráficas pesadas y obsoletas, de navegación farragosa y pésima resolución, que desaniman a la hora de examinar la oferta. También es bastante curioso que estando digitalizado muchos de los entrantes no resultan ser realmente los que se suponen que están incluidos en el menú...en fin, sigamos y así acabaremos antes.

Como primer entrante llegó un poco de Salmorejo tradicional



Lo mejor de la comida sin duda, estaba bueno aunque a temperatura ambiente, cierto tiempo en cámara habría sido de agradecer.

De golpe llegaron los tres siguientes, Guacamole, Hummus de Garrofó y Puré de alcachofa.





Antes de probar nada la primera observación, por lo demás obvia, que le hice a mis compañeros de mesa es que habían abusado de la batidora, cuatro entrantes seguidos triturados me parece algo aburridisímo y sin sentido, que demuestra ya la carencia del menor criterio a la hora de "diseñar" un menú. Sin ser incomestibles, todos ellos eran mediocres y contenían aceite en exceso, siendo la crema de alcachofa claramente lo peor.

Creo que lo que llegó a continuación fue una ensalada con "cosas" tales como rodajitas de fuet, pasas, y un aliño de frutos rojos con un sabor que me recordaba a algún jarabe para la tos. Lamentablemente no registré ninguna imagen y no fue el único lapsus del día pero es irrelevante.

Y llegó la fritanga, empezando por un Langostino rebozado con panko y "mayosoja"


Insulso y aceitoso, dejémosló ahí. Después llegó un Ravioli crujiente de butifarra o blanquet o algo así con salsa romesco


Igualmente aceitoso como lo anterior y en conjunto casi incomestible tanto por el mostrenco interior como por la espantosa "salsa romesco", un uso delictivo del nombre de esta salsa, una de las mejores que existen en mi opinión, para denominar un mejunje insidioso, una salsa de tomate adulterada.

En cuanto a platos principales aparte de un Muslo de pato confitado con salsa de frutos rojos y manzana, que con la grasa que rezumaba habría permitido confitar un par de patos más y del que tampoco queda registro, bien por un lapsus mío o porque mi cámara sabiamente se negó a dejar testimonio de tamaña felonía, pedimos Lubina con ratatouille y salsa de tomate.


la lubina, seca y rabiosamente insípida y la salsa de tomate...lo habéis adivinado, una reutilización con otro nombre de la "salsa romesco".

En el apartado de postres había dos opciones, un Yogur de frutos rojos con almendras laminadas



Postre absolutamente desaconsejable en el que en la parte superior vuelve a aparecer el aliño de frutos rojos de la ensalada, aquí no se tira nada, es un restaurante con conciencia ecológica.

La otra opción era un "Chocolate en texturas"


nombre pretencioso para una especie de natillas gelatinosas, con cinco mil calorías por centímetro cúbico.

Una experiencia bastante triste, la verdad, que como única lectura positiva te hace valorar, por contraposición, el trabajo bien hecho.

2 comentarios :

  1. A mi lo que me resulta curioso es que hoy en día parece que para hacer una buena crítica tienes que humillar y desprestigiar al restaurante en cuestión, supongo que vivimos los resquicios del triunfo de personajes como Risto Mejide que hizo su fama devaluando a aquellos a los que tenía que juzgar. Una vez dicho esto voy a tratar de enumerar todas las incorrecciones que he ido viendo en su crítica (exceptuando la de si le ha gustado más o menos que en eso ya no me meto porque es un tema personal y respeto el fondo aunque no las formas).

    Para empezar el tema del nombre, nosotros escogimos mantener el nombre de Alfabega por varios motivos, el primero es porque es un nombre muy valenciano que nos gustó y porque pensamos que tiene que ser la esencia de nuestra cocina, y el segundo motivo y más importante es que hemos continuado con la misma linea que el anterior dueño, pues mantenemos el 80% de la plantilla que formaba el alfábega y en cocina siguen estando el mismo jefe de cocina y ayudante de cocina que estaban cuando empezó este proyecto hace mucho tiempo, tampoco es cierto que se haya encogido, el local sigue teniendo los mismos metros cuadrados que antes y el restaurante de al lado es un local que ha ido cambiando de manos sucesivas veces durante los últimos años.

    Respecto al menú que usted valora de manera totalmente subjetiva y con nombres que no aparecen en nuestra carta lo primero decirle que no es ningún menú de mediodía, es un menú de degustación formado por 6 entrantes más un plato principal y un postre, quizas al ser un menú pensado para épocas de calor hemos abusado un poco de la "batidora" pero eso no quita todo el trabajo que hay detrás de cada entrante ya que cada entrante tiene un tratamiento totalmente diferente antes de pasar por la termomix y es completamente falso que tengan exceso de aceite (exceptuando el guacamole que al tener el aguacate su propio aceite puede que a algunas personas no les guste) ya que por ejemplo el hummus de garrofó no lleva más aceite que el chorrito de aceite de ajo que lleva por encima. Continuando con los calientes el langostino en tempura no lleva salsa romesco sino una salsa tan nuestra como es la titaina. Y podría continuar numerando uno a uno todos los errores y nombres desacertados ya que nosotros la lubina la servimos con verduritas y no con rattatouille (que es un tipo de corte diferente), el chocolate en 2 texturas que usted comenta es en realidad nuestro cremoso de 2 chocolates, que no se como puede parecerle gelatinoso si no lleva gelatina, lleva cuajo. el "yogur con frutos rojos y almendra laminada" es en realidad una pannacotta con salsa de frutos rojos (que no es la misma que la de la ensalada ya que la de la ensalada lleva más arándanos para ser más ácida y acompañar mejor la ensalada mientras que la del postre lleva más azucar para darle solo un punto ácido y no llevarse el sabor de la pannacotta por delante).

    Pero no todo van a ser correcciones, debo darle la razón en la salsa de la lubina, en efecto es la titaina, pero no es como se sirve en el menú, la lubina del menú va con gelee de remolacha y agua de rosas, pero ese día no pude conseguir la remolacha y asumo el error, mis más sinceras disculpas

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  2. No es mi intención humillar a nadie, no me compare por favor a alguien tan despreciable como Risto Mejide. Es cierto que al no tener copia de la carta, no tomar notas durante la comida y transcurrir unos días hasta la escritura de esta entrada algunos nombres e ingredientes pueden estar bailados. Generalmente incluyo un "quizás" o "posiblemente" o "probablemente" cuando hablo de que lleva un plato, es posible que a veces lo omita haciendo por tanto afirmaciones que no son del todo ciertas, es una autocrítica que ya me he hecho alguna vez aquí. De todas formas creo que tampoco es lo esencial para quien lea estas reseñas el nombre exacto de los platos o cada uno de sus ingredientes. De lo que se trata es de por un lado dar una información general del tipo de comida que se puede uno encontrar en un restaurante y por otro hacer una valoración subjetiva de la experiencia culinaria experimentada. Subjetiva pero no aislada, es decir, comparada con muchos otros establecimientos de rango de precios similar. Lamentablemente en esta ocasión tanto mis compañeros de mesa como yo mismo, cada uno con su propio criterio personal, salimos decepcionados, le puedo asegurar que no disfruto cuando tengo que escribir cosas negativas, prefiero escribir una crítica elogiosa pero tengo que ser imparcial, o sea, transcribir fielmente lo que subjetivamente opino. Si usted echa un vistazo a los articulos, muchos ya, que hemos escrito sobre restaurantes en este blog verá que hay de todo, algunos muy admirativos, no me dedico a "desprestigiar" a nadie voluntariamente. Le agradezco que se haya tomado la molestia de escribir un comentario asi de detallado y, aunque discrepamos totalmente, en un tono de total educación, cosa que muchas veces no sucede cuando uno lee cosas que no le gustan.
    Por cierto, lo del menú de mediodía es un error por mi parte, es un menú degustación y como tal figura. En cuanto a los metros del local me he basado en lo que me contó un cliente ocasional, si es erróneo pues rectificamos.

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