Boix Quatre

Boix Quatre es un restaurante de dimensiones reducidas cuyas señas de identidad son el trato amable y cercano y el cuidado en el detalle de cada uno de sus platos. Su cocina es creativa pero sensata, la ejecución es impecable, sin despistes ni errores, en cuanto al sabor se percibe un deseo de mantenerse dentro de una zona templada evitando contrastes pronunciados y sensaciones un poco más vertiginosas, probablemente intentando hacer una cocina que pueda ser más fácil de entender para un público amplio, aunque reconozco que esto es una percepción personal y muy difícil de objetivar. Algunos platos, en concreto dos, me han entusiasmado, los demás me han gustado aunque los postres dan la sensación de estar un escalón por debajo del resto, también es cierto que el dulce no es mi fuerte, no es casualidad que de las noventa y siete recetas que llevamos publicadas hasta la fecha en el blog ninguna sea un postre...

El menú comenzó con un Ajo Blanco con tartar de quisquillas



el tartar estaba sabroso, muy bien aliñado, los costrones y el resto de cositas armonizaban a la perfección, el ajo blanco muy fino y suave. El ajo blanco es una elaboración que me encanta, yo suelo combinarlo con frutas pero con cualquier crustáceo va genial como en éste caso. Suele servirse frío, aquí iba a temperatura ambiente, probablemente con el objetivo de respetar la delicadeza de la quisquilla, lo que si que eché definitivamente de menos fue un pelín de vinagre de jerez ya que a mi entender potencia mucho el sabor del ajo blanco, aquí la acidez no se percibía. En cualquier caso un plato muy agradable.

 El Calamar relleno de ensalada con crema de aguacate


es un plato de sencillez sólo aparente ya que es un juego se sabores, texturas e incluso temperaturas. También es un plato que en mi opinión cobra verdadero sentido cuando se combinan los diferentes elementos, el calamar relleno de una juliana de verduras, algunas cocinadas otras crudas, que recuerda un poco a una fajita, la crema de aguacate, con la acidez refrescante de la lima y un puntito picante, el crujiente de los tentáculos fritos, los quicos e incluso un trocito de aguacate rebozado, un aire cítrico, son bastantes elementos que consiguen que un calamar relleno de verduritas, que a priori no parece una mezcla demasiado potente, se convierta en un plato muy interesante y divertido de comer por la cantidad de matices que tiene.

La Merluza frita con emulsión de pimiento verde y gelatina de mistela



es un plato que me tocó la fibra sensible. Cuando con unos pocos elementos sencillos se consigue un plato tan espectacular sabes que hay un gran cocinero detrás, Jesús Ribes en éste caso. Finísimo y crujiente rebozado en el exterior, sabor y jugosidad en el interior (un buen producto también , desde luego), que cuando se mezcla con el dulzor del pimiento y la mistela y esa textura untuosa te deja cerca del Nirvana.

El Conejo al ajillo con allioli de ajo negro


es otro de esos platos que permanecerá indeleble en mi memoria. El conejo perfecto de punto de cocción, muy tierno, la salsa concentrada y deliciosa, la untuosidad y el aporte de sabor del allioli, un plato de diez.

El Pescado de lonja (sargo si no me equivoco) con jugo de chirlas e hinojo



llevaba una salsa líquida, básicamente el jugo de las chirlas mezclado con hinojo en esa práctica cavidad que tiene el plato, además de una crema de hinojo, habitas y espárragos verdes. Todo muy bueno, quizás la crema me convenció un poco menos. El sargo, que es un pescado que tiene su complejidad para cocinarlo ya que puede quedar correoso con bastante facilidad, aquí estaba muy bien hecho.

En los postres pudimos probar la Torrija con helado de turrón



correcta sin más, no destaca en ningún aspecto, y la Tarta de frutos rojos



   
que combina un hojaldre con una crema de frutos rojos, un helado, etc, estaba mejor que la torrija pero tampoco es un gran postre y no está al nivel de los platos salados.

En definitiva, una cena que transcurrió dentro de un nivel de calidad alto con algunos momentos sublimes y que deja una gran curiosidad por conocer otras creaciones, presentes y futuras, de éste talentoso cocinero.

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