De vuelta a Trencadish

Para la penúltima cena del año, última cena de restaurante, elegimos el restaurante Trencadish que ya habíamos visitado unos meses atrás y que nos había dejado un grato recuerdo. Ya os comenté que me gusta su decoración, distribución y el sosegado ambiente que se respira, si además tienes la suerte de que te asignen el espacio semireservado con la mesa redonda para seis personas, la sensación ya es de máximo comfort. Escaldado ya por la experiencia de múltiples ocasiones en las que tener que elegir entre un grupo de personas lo que se quiere pedir para compartir acaba convirtiéndose en un infierno, conseguí convencer al resto para pedir el menú Trencadish, básicamente un menú degustación con platos elegidos por el chef, lo cual a la postre creo que fue un acierto. Han pasado ya algunos días desde que tuvo lugar la cena (no me ha sido posible escribir antes esta reseña) por lo que es posible que no recuerde algún detalle de los platos, en cualquier caso prefiero daros una descripción más bien general y dejar que las fotos hablen por si mismas.

Como aperitivo del chef probamos estas quenelles de Paté o terrina de pollo de corral con un toque de jenjibre



muy sabroso, agradable aunque con un punto de sal ligeramente alto.

Seguimos con la Ostra con manzana y granizado de manzana ácida




personalmente me encantan las ostras y el toque de la manzana me parece un acompañamiento muy acertado, que con su ligera acidez sustituye a los habituales cítricos. A algunos de los comensales de aquella noche no les gustan las ostras (parece que sienten un rechazo visceral a su fuerte sabor marino, yodado, y a su textura un tanto viscosa) así que acabé comiéndome tres o cuatro ostras la mar de contento.

El guiso de calamar y alcachofa estaba muy bueno, buena textura y punto de cocción de ambos productos y muy apetitoso y ligero el bisqué o crema de marisco que los acompañaba. Apetecen los platos de cuchara como éste.




El Sargo real con setas y trufa negra es un buen plato, el sargo es un pescado que me gusta y que no se come muy habitualmente



el pescado quizás estaba levemente seco, lo cual en parte se compensaba con la melosidad de las setas y el aroma y sabor de la trufa pero un pelín menos de cocción le hubiese dado mayor jugosidad

El Canelón de setas con bechamel y parmesano es un plato tan sencillo como bueno, impecablemente elaborado y que gustó mucho a todos




El Carré o costillar de cordero con manzana, cebolla caramelizada y jenjibre




también me gustó, la carne (quizás mi corte favorito del cordero) estaba tierna y jugosa y todo lo que había en el plato armonizaba bien.

En cuanto a la Torrija de horchata con helado de caramelo





esta torrija es un postre que casi nunca falla, la he comido ya bastantes veces, hay quien la hace mejor que otros pero si está esponjosa y moderadamente dulce como la que comimos aquí es un bocado que siempre apetece. Personalmente me gusta más acompañada con helado de Bayleis aunque no recuerdo ahora mismo donde la comí así.

Como "petit fours" nos pusieron unos trozos de Panetone con chocolate que estaba bastante conseguido y no era nada pesado, para mi gusto mucho mejor que los que llevan frutas confitadas.

En resumen podríamos decir que una cena a muy bien nivel en términos generales, muy variada y completa, cocina eminentemente de producto sin florituras gratuitas. Tras esta segunda visita me reafirmo a la hora de recomendar éste restaurante a todos aquellos que quieran disfrutar comiendo sin riesgos innecesarios, en un entorno agradable y bien atendidos.






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