La Bodeguita de María

Esta mi segunda visita a este restaurante pero la primera vez que voy a escribir sobre él, en ambas ocasiones la comida me ha parecido excelente, destacando los arroces de pescado (en ambas ocasiones pedí alguno de los que ofrecen) aunque los entrantes también estuvieron a muy buen nivel. La verdad es que resulta muy agradable comer en la Bodeguita de María, sus comedores son bonitos y tranquilos y el servicio de sala es atento y profesional. Su cocina es de tipo tradicional, apoyada en un buen producto tratado con delicadeza y respeto. Disponen de un "menú vegamar" por veintidós euros que incluye dos entrantes para compartir, un plato principal y un postre o café. Sólo tengo una pequeña objeción que hacerles, a muchos os parecerá algo anecdótico pero a mi me parece importante y tengo que decirlo, además tratándose precisamente de un restaurante que cuida el producto el hecho me parece aún más extraño, se trata de ofrecer en la carta un plato de chanquetes, especie cuya pesca en España está prohibida desde 1988...no son por supuesto chanquetes, con toda probabilidad es lo que se denomina pez plata, pez platino o incluso "chanquetes chinos" (su nombre científico es Salanx auticeps) debido a que proceden de éste país asiático. Esto es algo que sucede por desgracia mucho en nuestro país en el que la regulación al respecto es muy laxa, en algunos casos se pretende "elevar" el atractivo de un producto usando el nombre de otro de mayor categoría o que para la gente es más reconocible, en otros casos simplemente se hace pasar uno por otro y entonces nos encontramos ante un fraude. Los ejemplos tanto de una caso como de otro son casi inagotables, productos ibéricos o de bellota que no lo son, huevas de cualquier pescado (o incluso sintéticas) calificadas como caviar, cangrejo que es surimi, azafrán que es colorante alimentario, aceite de trufa que en realidad es sintético, foie que es paté de foie, no sigo porque no pretendo aburriros. Señores hosteleros, sean claros y honestos, llamen a las cosas por su nombre, compren los productos que puedan permitirse de acuerdo a su perfil de restaurante, será mejor para todos.

Vamos ya con el menú, el primer entrante fue precisamente...Chanquetes con huevo frito y trufa



Os preguntaréis, y con razón, porque pedí este plato después de lo dicho en la introducción. La verdad es que en ese momento tenía una leve sospecha, una idea un tanto nebulosa, recordaba haber leído algo sobre los chanquetes pero no el qué. Fue a posteriori en casa cuando me informé de lo que ya os he contado.

La verdad es que servidos así estos pececillos están buenos, la textura crujiente de la fritura en contraste con la untuosidad  de dos magníficos huevos de corral y con el aroma de la trufa, disfruté comiéndolo.

El otro entrante fueron unos Chipirones con verduras y salsa de tinta


que viene servido sobre unas láminas finas y crujientes de masa de wonton o similar. Es un plato rico y suculento donde todo está bueno pero en el que destaca en mi opinión la salsa de tinta que es realmente magnífica. Según me comentó el camarero y si lo recuerdo correctamente, la elaboran a partir de las bolsas de tinta de los calamares cuando los limpian, cocinándola a baja temperatura en la roner y después congelándola.

Y como plato principal pedimos un Arroz del Senyoret



Buenísimo, en su punto exacto de cocción y con un gran sabor a pescado, pude resarcirme de algún que otro arroz mediocre o malo que me han endosado por ahí recientemente. Es un arroz generoso en cantidad ya que aunque la capa de arroz es fina, como mandan los canones, la superficie de la paella es considerable. Está tan bueno que te lo acabas aunque te quedes sin hambre.

Puesto que quedé más que satisfecho renuncié al postre y pasé directamente al café. Sólo probé un sorbito de Sorbete de mango, valga el juego de palabras.



Tenía un sabor a mango muy natural aunque para mi gusto resultaba demasiado dulce, quedaría mejor con menos azúcar y un poco más ácido.

Un restaurante donde comer buena cocina tradicional, preparada con esmero y servida con elegancia.

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