Q'Tomas?

He leído varias veces en la prensa gastronómica que este restaurante es uno de los sitios de mejor producto de Valencia. No sé si será realmente así, lo que está claro es que el buen producto no suele ser barato y que para colarse en Valencia Cuina Oberta han diseñado un menú mediocre para salir del paso. A esto hay que añadir que los "extras" como bebidas y pan tienen un precio desproporcionado, completamente fuera de mercado y que las instalaciones dejan mucho que desear, asientos nada ergonómicos, excesivo calor centro del local, etc. La verdad es que es un restaurante con una distribución un tanto extraña y con una oferta confusa ya que parecen ser dos en uno, por un lado "alta taberna" y por otro restaurante japonés, incluso para darle más peso a este último apartado utilizan la denominación Myjapo. Pero mejor vayamos directamente a la comida, que comenzó con un Roll california de cangrejo de las nieves, aguacate y pepino




Aunque se supone que el sushi debería ser una de las especialidades de la casa, el arroz de estos makis estaba algo pasado, por otra parte poner el rimbombante nombre de "cangrejo de las nieves" para después poner una ensaladilla supertriturada donde no se aprecian ni sabores ni texturas me pareció ya un mal augurio. La verdad es que es el tipo de piezas de sushi que te puedes encontrar en un japonés de batalla a precio bastante inferior.

La Sepia de playa en tempura y mayonesa de kimuchi





ni es la mejor de las sepias posibles, ya que hablamos de producto, ni tampoco se aproxima a las mejores tempuras que haya probado, estaba más bien tirando a aceitosa lo que la hace un plato muy pesado.

Las Mollejas de ternera a la brasa y causa limeña de boniato




fueron con mucha diferencia lo mejor de la cena, las mollejas estaban deliciosas, lo mismo que la causa y el jugo de cordero reducido. Excelente.

El Canelón de rabo de buey trufado




es un claro ejemplo de como destrozar un producto que nos da grandes posibilidades. Si se hubiese rellenado el canelón con la carne del rabo guisada y desmenuzada en lugar de esa papilla ultratriturada y amorfa donde no se distinguía absolutamente nada el plato sería completamente distinto. Un plato muy decepcionante.

La Picaña de parda gallega madurada




no era especialmente sabrosa ni tenía una textura especialmente tierna, un plato de carne del montón adornado con términos como picaña - un corte de carne muy tipico en Brasil -, parda y gallega para darle un supuesto caché totalmente ficticio.

En cambio las verduras al dente que sirvieron de acompañamiento




estaban muy buenas, espárragos, coliflor, coliflor morada, tirabeques, aquí se aprecia por fin algo del tan cacareado producto.

Para dejar un mal sabor de boca terminamos con esta Panacotta con miel trufada





que sólo resistió el primer bocado. Es verdad que yo nunca habría elegido una panacotta, no es algo que despierte mi interés, pero también es cierto que otras veces me la he podido comer, con esta el primer bocado fue ya completamente disuasorio. Insulsez extrema y notas desagradables por eso que llamaron "miel trufada", reitero mi diagnóstico ante la segunda utilización injustificada del término trufado, expresiones para darle un falso glamour a una cena de un nivel muy deficiente.

Como colofón os dejo la nota de las bebidas y el pan



donde se puede apreciar que una caña doble de Cruzcampo, que no es precisamente una de las mejores cervezas, se cobra a 3,50 €, lo mismo que un tercio de Mahou, de la que podríamos decir lo mismo. Y lo que es aún peor, por un panecillo de unos cinco centimetros de diámetro de un pan revenido y correoso, que ni siquiera preguntaron si queríamos cobran 2,20 €...en condiciones normales me habría negado a pagarlo pero la verdad es que en la situación de incomodidad física y mental en la que me encontraba la prioridad máxima era salir cuanto antes a la calle a tomar el aire.

Una cena para olvidar que hace replantearse si merece la pena pagar treinta euros por los menús de cena de Cuina Oberta, en algunos casos he tenido buenas experiencias, en otros desastrosas como ésta, lo que está claro es que esto es un negocio y que por un lado se suben al carro restaurantes donde un día normal cenarías por menos dinero y por otro restaurantes que hacen un menú para dar salida a los platos que menos éxito tienen o para hacer la mayor caja posible. Me atrevería a decir que como mucho en un 25% de los restaurantes de Cuina Oberta el menú de cena que ofrecen justifica el precio.

Publicar un comentario