Nori Izakaya

Los que hayáis vivido en Valencia durante los últimos veinte o veinticinco años habréis asistido como yo al auge, al principio tímido y después ya imparable, de los restaurantes de comida japonesa, y de la cocina oriental en general, fenómeno que ha sucedido de forma similar en el resto de España y, en mayor o menor medida, en casi todo el mundo. Todavía recuerdo el primer sashimi que probé en mi vida, en el restaurante Sakura, creo que el primer restaurante japonés que abrió sus puertas en la capital del Turia. Todo lo que ha venido después ya lo conocéis, en este momento la oferta es amplísima, y va desde los sencillos restaurantes de buffet o menú del día, algunos de ellos muy flojos, hasta restaurantes de gran calidad. Cada poco tiempo descubro alguno nuevo -nuevo para mi-, en esta ocasión el turno le ha correspondido a Nori Izakaya, una taberna japonesa que nos ha causado una grata impresión. Sus platos están bien elaborados -alguno de ellos con cierta dosis de originalidad- emplean buenos productos y mantienen un nivel homogeneo, ninguno de los platos que probamos flojeó o nos causó decepción. Tengo que pedir disculpas por la poca calidad de las fotos, debida a la luz tan amarilla, a mi impericia y a la falta de concentración ya que con los ajustes adecuados en la cámara la cosa habría mejorado.

Comenzamos con el Sashimi de ternera con salsa de lima y cilantro


La carne estaba tierna y sabrosa, se veía de buena calidad. El toque de lima y cilantro era sutil pero perceptible y el jenjibre rallado le aportaba sabor y carácter al plato.

El Katsuo Nambansuke -escabeche de bonito japonés con cebolla y zanahoria- me pareció un plato muy fino


Elaborado sin aceite, con vinagre de arroz, mirin, y puede que algo más. El punto casi crudo del bonito por dentro me gustó, estaba muy jugoso. Un plato refrescante y delicado.

En cuanto a los sashimis


correcto el de atún y muy bueno el de salmón, al que el flameado -que era opcional, pedí uno con y otro sin para comparar- le aportaba un plus importante. Merece una mención el punto del arroz -siempre un punto clave y el más difícil cuando hablamos de sushi, lo sé por experiencia-, estaba muy bien cocido, suelto, nada pastoso y sin ese exceso de dulzor que cuando lo encuentro por ahí me resulta insoportable.

El Uramaki de atún especial



con masago, atún picante, cebollino, pepino y aguacate estaba muy apetitoso, sabores muy bien conjuntados e integrados, el punto crujiente lo ponían unas bolitas amarillas que no sabría decir a ciencia cierta que eran, quizás soja amarilla inflada.

La Oblea de tartar de atún picante


aunque se vea mal en la foto tiene un relleno muy similar, si no idéntico, al empleado en el uramaki, pero con otra presentación y la textura crocante de la oblea.

Me gustó mucho el Salmón Saikyo Yaki -salmón marinado en miso-.



Es un plato que me gusta hacer en casa, me queda bueno pero no tan bueno como éste, sospecho que tiene que ver más con la calidad del salmón que con el marinado en si. Da gusto ver la textura tan suave del salmón -las lascas se separan con suma facilidad-, su jugosidad y como el sabor y el aroma del miso han penetrado perfectamente en su interior.

De postre una Mousse de yuzu con gelatina


Siento devoción por este cítrico japonés, la mousse estaba muy bien compensada, con la acidez y el dulzor justos, relativamente compacta -cosa que me gusta- y con el incomparable aroma del yuzu.

Las raciones son ajustadas pero también los precios -en relación a la calidad- por lo que podéis probar un buen número de platillos lo que hace la experiencia más divertida. El apartado de las cervezas está muy bien cubierto, de barril Estrella Galicia, normal y 1906 -tostada- y además hay una fantástica cerveza japonesa Hitachino, incluyendo la de jenjibre, que es mi preferida.
Señalo dos puntos muy claros de mejora en aspectos externos a lo gastronómico. El primero de ellos tiene que ver con el servicio, no en una ocasión sino en varias la camarera deposita un plato encima de la mesa como si se acabase de acordar que tenía que hacer otra cosa y buscase un sitio donde dejarlo, sin decir esta boca es mía ni por lo tanto dar la más mínima descripción o indicación acerca del plato. Una persona poco asostumbrada a este tipo de comida podría perfectamente tener dudas de cual de los platos que ha pedido le acaban de traer. Convendréis conmigo en que no es la forma correcta de servir un plato. El otro aspecto tiene que ver con la distribución del local, especialmente en lo que respecta al baño. Como se puede ver perfectamente en la foto, no hay nada que separe la puerta del baño del comedor -no me sirve la mini cortina, no sé si se equivocaron con las medidas o no quedaba mas tela en la tienda ese día-, lo cual resulta verdaderamente molesto sobretodo cuando la gente se deja la puerta la puerta del baño abierta, cuando estoy cenando no me hace especial ilusión contemplar el inodoro.




1 comentario :

  1. Se me olvidó poner que el apartado de las cervezas está muy bien cubierto, de barril Estrella Galicia, normal y 1906 -tostada- y además hay una fantástica cerveza japonesa Hitachino, incluyendo la de jenjibre, que es mi preferida.

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