Lo anteriormente mencionado, junto con una esmerada selección del producto, una cuidada elaboración y presentación de los platos y un atento y eficiente servicio, da como resultado uno de mis restaurantes favoritos en este momento en Valencia, del que me satisface haber podido asistir a la evolución que han seguido a lo largo de los años hasta encontrar la fórmula actual, adoptando una de las mejores gastronomías a nivel mundial, pero sin renunciar a las raíces, hasta alcanzar este momento de madurez en el que parecen tener muy claro hacia donde quieren ir.
Así como otras veces hemos hecho una comida o cena híbrida, en esta ocasión nos decantamos íntegramente por la opción de pedir comida peruana, comenzando por el Ceviche de corvina con ají amarillo.
En la sabrosa causa de pulpo anticuchero con rocoto y quinoa, apreciamos un curioso trampantojo, ya que se alternan tentáculos de pulpo con tentáculos hechos a base de causa -es decir, de patata triturada con lima y rocoto- y quinoa, donde esta última simula las ventosas del pulpo. La salsa, hecha probablemente con el adobo anticuchero del pulpo, le daba un punto picante que a nosotros nos gustó.
Esta versión del Cau cau -guiso del que existen infinidad de versiones, siendo la más conocida la de mondongo, es decir, tripa de res-, hecha con vieira y erizo y servida en la propia concha de la vieira, combina la untuosidad del sofrito con la frescura y el potente sabor marino de los moluscos, especialmente del erizo. Un bocado rico que te deja con ganas de repetir, al que un poco de picante elevaría aún más.
El Anticucho de anguila, que viene servido con patata violeta y un par de salsas, una de ellas creo que de rocoto y la otra tipo huancaína, se nos quedó grabado a fuego en la memoria la primera vez que lo probamos, y esta ocasión no ha hecho sino confirmar que nos parece un plato excepcional, la textura y el sabor que han sabido darle a la anguila la hacen tremendamente adictiva.
En el apartado dulce, las Trufas con lúcuma son irresistibles
Es un bocado que no resulta nada empalagoso, con un potente sabor a chocolate y al que el toque de esta singular fruta andina lo convierte en algo bastante especial.
Algo similar podría decirse de la Tarta de queso con maracuyá, donde la cremosidad y el suave sabor lácteo del queso contrastan con el punto ácido y refrescante del maracuyá.
Sin duda volveremos para probar otros platos de ambos menús. Esperamos disfrutar tanto como estas últimas veces.
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