Seliodka pod shuboy

Seliodka pod shuboy es un plato ruso, también conocido coloquialmente como "shuba", cuya traducción literal es "arenque bajo el abrigo de piel". Se trata de una ensaladilla con una capa inferior de arenque sobre la que se superponen capas de patata, remolacha, zanahoria, huevo cocido y mayonesa. Si consultamos recetas encontramos muy pocas variaciones, cosa nada habitual en un plato tradicional, puede variar el número y orden de las capas pero por lo demás practicamente no hay diferencias entre unas recetas y otras, mas allá de la presentación que si puede variar mucho. Yo he mezclado los arenques con cebolla tierna, hay quien lo hace y hay quien no. A la hora de comprar los arenques lo más fácil es que vayáis, si os es posible, a una tienda especializada en productos de Rusia, en cuanto a la remolacha si no la encontráis podéis comprar tranquilamente remolacha ya cocida, no quedará exactamente igual pero os funcionará perfectamente.




Ingredientes

Mayonesa

- Aceite de oliva suave o aceite de girasol
- Un huevo
- 1/2 lima
- Sal

Remolacha cocida

- 2 remolachas
- Un chorrito de vinagre
- Sal
- Agua

Seliodka pod shuboy

- 250 gramos de arenques en aceite vegetal
- 1 cebolla tierna
- 2 o 3 patatas medianas
- 3 zanahorias medianas
- 2 huevos
- Remolacha cocida
- Mayonesa
- Eneldo (opcional)


Elaboración

Mayonesa

En el vaso de la batidora ponemos el huevo -preferiblemente a temperatura ambiente-, un poco de sal y vamos batiendo y añadiendo aceite hasta que quede bien emulsionado, añadimos la lima -o el limón- exprimida, batimos un poco más y reservamos la mayonesa tapada en la nevera.

Remolacha cocida

Cocemos la remolacha en agua con un poco de sal y un chorrito de vinagre hasta que esté tierna, pelamos y reservamos.

Seliodka pod shuboy

Picamos los arenques y la cebolla y los mezclamos. Cocemos los huevos, las patatas y las zanahorias, pelamos y picamos todo en daditos pequeños. Ahora en una fuente de cristal o dentro de un molde vamos superponiendo capas, yo os propongo este orden:

- Arenques con cebolla
- Mayonesa
- Patata
- Mayonesa
- Remolacha
- Mayonesa
- Zanahoria
- Mayonesa
- Huevos

Es importante que la capa de mayonesa sea fina por lo que hay que extenderla bien. Si queréis le podéis poner un poco de eneldo fresco recién picado, le va muy bien.  Es un plato que al igual que la ensaladilla está mejor, al menos en mi opinión, al día siguiente.

Una comida que suele estar presente en cualquier festividad o celebración rusa y que como veis no tiene ninguna dificultad.
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Q'Tomas?

He leído varias veces en la prensa gastronómica que este restaurante es uno de los sitios de mejor producto de Valencia. No sé si será realmente así, lo que está claro es que el buen producto no suele ser barato y que para colarse en Valencia Cuina Oberta han diseñado un menú mediocre para salir del paso. A esto hay que añadir que los "extras" como bebidas y pan tienen un precio desproporcionado, completamente fuera de mercado y que las instalaciones dejan mucho que desear, asientos nada ergonómicos, excesivo calor centro del local, etc. La verdad es que es un restaurante con una distribución un tanto extraña y con una oferta confusa ya que parecen ser dos en uno, por un lado "alta taberna" y por otro restaurante japonés, incluso para darle más peso a este último apartado utilizan la denominación Myjapo. Pero mejor vayamos directamente a la comida, que comenzó con un Roll california de cangrejo de las nieves, aguacate y pepino




Aunque se supone que el sushi debería ser una de las especialidades de la casa, el arroz de estos makis estaba algo pasado, por otra parte poner el rimbombante nombre de "cangrejo de las nieves" para después poner una ensaladilla supertriturada donde no se aprecian ni sabores ni texturas me pareció ya un mal augurio. La verdad es que es el tipo de piezas de sushi que te puedes encontrar en un japonés de batalla a precio bastante inferior.

La Sepia de playa en tempura y mayonesa de kimuchi





ni es la mejor de las sepias posibles, ya que hablamos de producto, ni tampoco se aproxima a las mejores tempuras que haya probado, estaba más bien tirando a aceitosa lo que la hace un plato muy pesado.

Las Mollejas de ternera a la brasa y causa limeña de boniato




fueron con mucha diferencia lo mejor de la cena, las mollejas estaban deliciosas, lo mismo que la causa y el jugo de cordero reducido. Excelente.

El Canelón de rabo de buey trufado




es un claro ejemplo de como destrozar un producto que nos da grandes posibilidades. Si se hubiese rellenado el canelón con la carne del rabo guisada y desmenuzada en lugar de esa papilla ultratriturada y amorfa donde no se distinguía absolutamente nada el plato sería completamente distinto. Un plato muy decepcionante.

La Picaña de parda gallega madurada




no era especialmente sabrosa ni tenía una textura especialmente tierna, un plato de carne del montón adornado con términos como picaña - un corte de carne muy tipico en Brasil -, parda y gallega para darle un supuesto caché totalmente ficticio.

En cambio las verduras al dente que sirvieron de acompañamiento




estaban muy buenas, espárragos, coliflor, coliflor morada, tirabeques, aquí se aprecia por fin algo del tan cacareado producto.

Para dejar un mal sabor de boca terminamos con esta Panacotta con miel trufada





que sólo resistió el primer bocado. Es verdad que yo nunca habría elegido una panacotta, no es algo que despierte mi interés, pero también es cierto que otras veces me la he podido comer, con esta el primer bocado fue ya completamente disuasorio. Insulsez extrema y notas desagradables por eso que llamaron "miel trufada", reitero mi diagnóstico ante la segunda utilización injustificada del término trufado, expresiones para darle un falso glamour a una cena de un nivel muy deficiente.

Como colofón os dejo la nota de las bebidas y el pan



donde se puede apreciar que una caña doble de Cruzcampo, que no es precisamente una de las mejores cervezas, se cobra a 3,50 €, lo mismo que un tercio de Mahou, de la que podríamos decir lo mismo. Y lo que es aún peor, por un panecillo de unos cinco centimetros de diámetro de un pan revenido y correoso, que ni siquiera preguntaron si queríamos cobran 2,20 €...en condiciones normales me habría negado a pagarlo pero la verdad es que en la situación de incomodidad física y mental en la que me encontraba la prioridad máxima era salir cuanto antes a la calle a tomar el aire.

Una cena para olvidar que hace replantearse si merece la pena pagar treinta euros por los menús de cena de Cuina Oberta, en algunos casos he tenido buenas experiencias, en otros desastrosas como ésta, lo que está claro es que esto es un negocio y que por un lado se suben al carro restaurantes donde un día normal cenarías por menos dinero y por otro restaurantes que hacen un menú para dar salida a los platos que menos éxito tienen o para hacer la mayor caja posible. Me atrevería a decir que como mucho en un 25% de los restaurantes de Cuina Oberta el menú de cena que ofrecen justifica el precio.
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Apicius

El pasado jueves hemos aprovechado una nueva edición de Valencia Cuina Oberta para hacer una primera incursión en la cocina que desde hace diez años viene desarrollando Enrique Medina en este restaurante, que toma su nombre de Marcus Gavius Apicius, famoso gastrónomo romano del siglo I d.C., posible autor - existe cierta controversia al respecto - del libro "De re coquinaria". Por cierto, los más aficionados a la gastronomía sabrán que también adopta el nombre de Apicius la publicación gastronómica en papel más importante de nuestro país, que publica Montagud Editores en forma de cuadernos semestrales. Somos conscientes de que el formato de Cuina Oberta tiene ciertas limitaciones a la hora de diseñar un menú para un restaurante creativo, fundamentalmente el precio,  hay que tener en cuenta siempre esto a la hora de hacer una valoración global. Sin embargo, si que nos permite hacernos una idea general del estilo de cocina y la filosofía de este chef, y de como su equipo la interpreta y la ejecuta.

El menú comenzó con unos snacks, pequeños bocados para comenzar la comida de una forma divertida y desenfadada. El primero fue un Melón al pil-pil.



bocado refrescante y sutil. Seguimos con una Oliva Negroni




Sabía que el Negroni es un coctel - se mezclan a partes iguales ginebra, bíter y vermú - pero nunca he tomado uno por lo que no puedo deciros si el relleno de la aceituna gordal se asemeja en sabor a un negroni o incuso si es idéntico, es posible que se haya texturizado el negroni con xantana pero es una mera suposición mía. Sea como fuere es un bocado muy agradable, mejor que las aceitunas rellenas de martini que me han servido un par de veces en otros sitios.

El Cacao del Collaret




es una crema de cacahuetes con unos cacahuetes tostados. La crema, a pesar de su sabor contundente, tiene una textura bastante suave y se come muy bien, me gustó, no penséis en esa crema de cacahuete que se vende envasada, y que yo algunas veces compró para elaborar alguna salsa, esto es otra cosa.

El Capuchino de espárrago blanco es, como su nombre ya apuntaba, una espuma ligera.



Me temo que dificilmente podremos conseguir esta textura en casa si no tenemos un sifón. Por cierto, me chocó que el plato se llamase "Capuchino de temporada" ya que yo siempre he asociado el espárrago blanco con los meses primaverales, igual estoy equivocado y hay también espárragos en esta época, no sé. La crema está buena, con mucho sabor a espárrago y en el fondo hay unos trocitos de morcilla que le aportan un contraste de sabor interesante.

El ultimo snack son unas Croquetitas de pescado y marisco




que estaban crujientitas, calientes y muy buenas. Tanto por el sabor como por el color del interior me da la impresión de que llevan un poco de salsa de tomate.

Llegamos a los entrantes, el primero es una Ganache de foie, hummus y sésamo negro



En realidad son más bien varias ganache que se sirven en el plato como cordones paralelos y juntos. Los sabores son inequívocos, el cordón negro es obviamente el de sésamo negro, el adyacente en el centro es el de hummus y los de los extremos son de foie, uno de ellos es más suave y el otro tiene un sabor a foie más intenso. La sensación en boca de los tres elementos mezclados la verdad es que es muy buena, untuosa y apenas pesada a pesar del evidente contenido graso del plato. Lo único que no habría puesto son algunas escamas de sal maldon, ya sabéis que no me gustan, cuando el plato ya está sazonado son innecesarias.

El otro entrante es el Kimchi de rábano 2017


Precisamente el día anterior había visto un video promocional en el que el cocinero habla del rábano, del agricultor que se los proporciona, del plato en si...pero la verdad es que el plato no me convenció, los ingredientes parecen poco integrados, rábano, patatitas, pimiento verde, sepia, cilantro...nada de lo que hay en el plato está mal cocinado o no sabe bien pero el conjunto a mi personalmente no me dice apenas nada. El nombre de kimchi de rábano está un poco cogido por los pelos ya que aunque el aliño picante si que parece el mismo con el que se hace el kimchi ni el rábano ni ningún otro ingrediente del plato está fermentado.

El plato principal fue un Arroz meloso de pescado y mariscos.



Ya sabéis que prefiero los arroces secos, por lo que practicamente sólo como arroces melosos en este tipo de menús cerrados, pero he de decir que este arroz estaba absolutamente impecable en todos los aspectos, perfecto punto de cocción, perfecto de sal - lo cual agradezco mucho porque, ¿cuantos arroces de pescado con más sal de la cuenta nos habremos encontrado? - y con un potente y delicioso sabor a pescado. Sin duda uno de los mejores arroces melosos que he comido, si todos fueran así seguramente tendría otra opinión sobre éste tipo de arroces.

El postre fue un Sobao de pistachos con helado de yogur y chocolate blanco




El sobao estaba muy jugoso y tierno, con un sabor magnífico, lo mismo que el helado, con un claro toque de limón, la sopa de chocolate blanco era ligera y redondeaba el plato. Un gran postre.

En resumen, esta comida nos ha dejado excelentes impresiones y la sensación de que puede ser aun mejor ya que en cada plato se percibe elegancia, buen gusto y precisión en la ejecución, nos volveremos a ver por supuesto. Servicio de sala atento, ágil y profesional que te hace sentir cómodo.
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Tartar de atún

Muchos de vosotros probablemente estaréis hasta las narices de encontrar el tartar de atún una y otra vez en casi cualquier nuevo restaurante que visitáis. En efecto, en los últimos años su popularidad ha crecido de tal forma que su presencia es casi ubicua, esto denota de forma bastante clara lo mucho que que nos dejamos arrastrar por las modas, casi siempre foráneas, y lo poco que protegemos nuestra propia tradición gastronómica.  Pero esto daría para otro articulo, lo cierto es que, modas aparte, un tartar de atún bien hecho es un plato que siempre apetece a cualquier amante del pescado crudo. Personalmente he probado muchos, mejores y peores, algunos sencillos, otros sofisticados, y también he preparado muchos en casa, después de diversas pruebas en el momento presente la receta que más me gusta es la que expongo a continuación. No la considero mejor ni peor que otras, simplemente es la más acorde a mis gustos, aprovechad lo que os guste y cambiad lo que consideréis, todos los ingredientes son fáciles de conseguir a excepción del shichimi togarashi - mezcla de especias japonesa - que deberéis adquirir en una tienda de productos asiáticos, si no disponéis de él podéis usar pimienta negra.




Ingredientes

- 250 gramos de atún crudo
- 1 cebolla tierna
- 1 aguacate
- 50 gramos de mango
- 1 lima
- 3 cucharadas de salsa de soja
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- Unas gotas de aceite de sésamo tostado
- Jenjibre
- Cilantro
- 1/2 cucharadita de shichimi togarashi


Elaboración

Picamos el atún - que habremos congelado previamente al menos 48 horas - en daditos no demasiado pequeños y lo mezclamos en un bol con la cebolla, el aguacate y el mango, todo picado también en daditos. Aliñamos con la lima exprimida, la salsa de soja, el aceite de oliva, el aceite se sésamo, un trozo de jenjibre rallado, jenjibre recién picado y shichimi togarashi al gusto, tened en cuenta que pica bastante. Servimos con la ayuda de un molde, en un plato de pizarra queda muy bien pero vale cualquier otro. Si queréis podéis espolvorear sobre el plato un poco más de shichimi togarashi para decorar.

He hecho la misma receta con salmón y también queda muy buena, seguro que con otros pescados azules o mariscos también funciona, ¿con cual probaríais?
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Casa Amores

Si tenemos en cuenta que me gustan los tacos de La Llorona y que mi alimento favorito es el pescado no es difícil imaginar que la decisión de José Gloria, alma mater de La Llorona, de abrir un nuevo restaurante de comida mexicana especializado en pescado despertó en mi una expectación considerable. Hemos dejado que Casa Amores, que así es como se llama este nuevo proyecto, adquiriese un poco de rodaje y ayer llegó por fin el momento de hacerles una visita. El espacio físico está decorado con un minimalismo extremo y elegante, paredes de hormigón, algunos focos empotrados y bombillas colgadas del techo, nada que reste protagonismo a la comida. De entrada hay que decir que resulta muy interesante conocer una cocina mexicana poco habitual para nosotros, ya que generalmente asociamos comida mexicana con platillos populares como los tacos, fajitas, quesadillas, burritos, enchiladas, sopes, etc, en los que el relleno suele ser carne deshilachada además de otros ingredientes. Es algo así como reducir la gastronomía italiana a pasta y pizza, por suerte en Casa Amores podemos disfrutar de otra comida mexicana alejada de los tópicos, sin duda una apuesta valiente que es muy de agradecer.

El apartado de las bebidas está muy cuidado, hay una más que aceptable carta de vinos, cervezas tanto mexicanas como más convencionales, gran variedad de tequilas y mezcales y una interesante carta de cócteles como este originalísimo y espectacular "Cirujano"




con aguacate, cilantro, lima, tequila, sirope, agave y jengibre. No tuvo tanto éxito la michelada (bebida que se obtiene mezclando cerveza, limón, sal, salsa perrins, tabasco, etc)




quizás con un poco más de sal de la deseable.

El aperitivo de la casa son unos refrescantes y resultones daditos de sandía aliñados con lima, sal y chile.




Como primer entrante tomamos unas Empanadas de jaiba (cangrejo) picante




que van rellenas de cangrejo, cebolla, ajo, chile y trocitos de almendra que le dan el toque crujiente. Las empanadas, que se acompañan de una salsa verde ligeramente picante, estaban francamente buenas, probablemente las mejores empanadas de cangrejo que he comido. Relleno muy sabroso y perfectamente sazonado, masa crujiente y fina.

El segundo entrante fue un cóctel "Vuelve a la vida", una especie de ceviche de mariscos




con langostino, pulpo, mejillón, ostra, hortalizas crujientes y una espectacular salsa cítrica y picante. Creo recordar que estaba hecha con un fondo de carabineros, tiene además un toque ligeramente dulce que recuerda un poco al famoso "ceviche al estilo de Acapulco" pero muchísimo más delicado y equilibrado. Un gran plato.

El primero de los platos principales fue este curioso Mole verde con cangrejo de concha blanda.




Además de cangrejo y mole verde lleva espárragos, brócoli, cebolla, pipas de calabaza y polvo de chile tostado. Es un plato que me soprendió mucho, no tanto por la inusual combinación de ingredientes sino porque el cangrejo se fríe entero y se come absolutamente todo, la fina concha tiene una textura tierna y se corta con mucha facilidad. Son cangrejos que acaban de mudar su concha y tienen un exterior blando que los deja desprotegidos. Podéis mezclar trozos de cangrejo, verduras y mole y haceros unos tacos que además de originales están muy ricos.

El otro plato principal es éste Pescado a la talla.




Se trata de un pescado, lubina en éste caso, con un adobo de chile guajillo, en realidad una mitad lleva este adobo y la otra una salsa verde. Aunque las dos mitades están buenas, la mejor es la que lleva el adobo de chile guajillo, le da un sabor intenso y peculiar al pescado. Se sirve con salsa verde, guacamole, frijoles refritos y tortitas. Un plato sin duda muy completo y con muchos sabores, muy conseguido.

Como veis una cena mexicana compuesta integramente por pescado y verduras, algo que llama bastante la atención. Por cierto, los carnívoros también tienen su oportunidad ya que hay algunos platos con carne. No sólo disfruté de cada uno de los platos sino que ha sido una de las experiencias gastronómicas más gozosas y estimulantes que he tenido últimamente.  Larga vida a Casa Amores.



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Marmitako de melva

Como sucede con la mayoría de las recetas tradicionales, a la hora de hacer un marmitako cada maestrillo tiene su librillo, yo os voy a contar como me gusta hacerlo a mi. Aunque el marmitako más típico es el de bonito en realidad se puede hacer prácticamente con cualquier pescado azul con excelentes resultados, atún, caballa, jurel, salmón, emperador, etc. A mi el que más me gusta es el de melva, no en vano la melva es uno mis pescados favoritos. El sabor de su carne es impresionante, más fuerte que el del atún y el bonito (quizás por esto mismo no guste a todo el mundo y no es un pescado excesivamente apreciado), ideal para comer en sashimi o en sushi, cocinado levemente a la plancha y servido como un tataki o en guisos del estilo del marmitako, lo más importante es que la cocción, de existir, sea siempre mínima para que la melva quede tierna y jugosa y podamos apreciar todo su sabor. Probad el marmitako de melva al menos una vez en la vida, no os arrepentiréis.




Ingredientes

Pulpa de pimiento choricero

- Uno o dos pimientos choriceros (según tamaño)
- Agua hirviendo

Sofrito

- Una cebolla grande o dos medianas
- Un pimiento rojo
- Un pimiento verde
- 2 dientes de ajo
- Pulpa de pimiento choricero
- 2 o 3 tomates maduros

Marmitako

- Una melva cortada en trozos medianos, sin piel ni espinas
- Sofrito
- 2 patatas medianas
- Un vaso de vino blanco
- Un litro de caldo de pescado (puede ser también agua)
- Pimienta negra
- Sal
- Perejil


Elaboración

Pulpa de pimiento choricero

Abrimos el pimiento choricero (podemos usar también ñoras), le quitamos las semillas y las venas y lo dejamos en agua caliente durante una media hora aproximadamente, lo escurrimos y con una puntilla raspamos la pulpa del interior del pimiento separandola de la piel, reservamos.

Sofrito

En una cazuela sofreímos las verduras, empezaremos por la cebolla que habremos picado bien fina, después incorporamos el pimiento verde y el rojo, cortados a cuadraditos o tiras finas (a vuestro gusto, yo prefiero en cuadraditos), los ajos picados, la pulpa del pimiento choricero y finalmente los tomates rallados. Salpimentamos y cuando el agua de los tomates se haya evaporado ya tenemos el sofrito listo. Separamos dos o tres cucharadas de sofrito y lo reservamos aparte.

Marmitako

En la misma cazuela donde tenemos el sofrito incorporamos las patatas peladas y cascadas en trozos medianos, vertemos el vino blanco, reducimos a seco y echamos el caldo de pescado, dejando cocer a fuego medio hasta que las patatas estén cocidas. Ahora trituramos el sofrito que habíamos apartado junto con un poco de caldo del guiso y lo incorporamos a éste, la función de éste paso es engordar un poco el caldo y darle más sabor. Lo distribuimos uniformemente dándole unos vaivenes a la cazuela, apagamos el fuego, añadimos los trozos de melva y tapamos la cazuela, el pescado se hará con el calor residual del guiso. Podéis si queréis cocerlo durante treinta segundos para aseguraros de que se cocine ligeramente pero yo aconsejo que no cueza en absoluto para que quede increíblemente jugoso. Le ponemos un poco de perejil picado y servimos.

Lo único que requiere un pelín de destreza es la limpieza de la melva, hay que sacar los lomos limpiamente, eliminar las espinas y pelarlos, se necesita un poco de práctica pero tampoco es demasiado complicado. No pesé la mía pero era una melva realmente hermosa, le he sacado mucha carne.

La verdad es que ha salido un marmitako de aúpa, ¡aibá la ostia pues!
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Atlántico Casa de Petiscos Valencia

Hace unos meses abrió su puertas en Valencia Atlántico Casa de Petiscos, un proyecto que sigue la estela del exitoso restaurante del mismo nombre que Pepe Solla abrió en Madrid hace aproximadamente año y medio. Solla es un cocinero gallego de gran reconocimiento que cuenta con una estrella michelín en su restaurante Casa Solla (San Salvador de Poio, Pontevedra), donde realiza una cocina de autor reinterpretando la gastronomía gallega tradicional desde una perspectiva creativa. Petisco podría traducirse por aperitivo, bocado, tapa, y eso es justamente lo que encontramos en éste restaurante de cuidada ambientación marinera, pequeños bocados, sobretodo del mar aunque también de la tierra, producto traído de Galicia y tratado con sencillez y elegancia que podéis acompañar si queréis con un buen Ribeiro o Albariño además de otros vinos por supuesto.

El aperitivo de la casa son unos Buñuelitos de bacalao con mayonesa de lima 


que están ricos, mucho mejor que las cosas que ponen en algunos sitios para salir del paso.

Comenzamos el tapeo con unas Zamburiñas en salsa agridulce de pimentón


La zamburiña es un molusco que me encanta y que no resulta demasiado fácil encontrar así que lo disfruté doblemente. Estas estaban deliciosas, con un toque ácido, picante y ligeramente dulce y el sabor inconfundible y potente del pimentón tostado. Un bocado muy fino, con un total equilibrio en el aliño.

La Ensaladilla con ventresca de atún y piparras 


también estaba buena, destacando la excepcional ventresca, de elaboración probablemente casera ya que la textura, el sabor y el punto de sal (menor) son muy diferentes al de la ventresca que compramos envasada. Quizás le habría puesto más piparras o algún otro encurtido que le diera un pelín más de acidez pero en cualquier caso una excelente ensaladilla.

El Aguachile de pulpo



estaba delicioso, una versión del tradicional aguachile de camarones mexicano, con el tradicional aliño de lima, pepino, chile verde y cilantro pero con una textura bastante más espesa y un sabor más concentrado. Un plato que está en la órbita del ceviche y que resulta sabroso y refrescante. 

Estando todo bueno el Tartar de gambas y setas de temporada fue el plato que más impacto causó


Tanto las gambas como las setas están cortadas en trozos más grandes de lo habitual en un tartar, probablemente de esta forma apreciamos mejor su sabor y textura, que son magníficos, y sin duda lo que redondea el plato es el caldo templado con el que se sirve, con un sabor espectacular a marisco y setas que recuerda a un bisqué o a una salsa americana pero con una inusual finura. Un plato tan sencillo como memorable.

Esta primera visita me ha dejado una impresión muy buena y ganas de volver pronto, la verdad es que la oferta está muy alineada con el tipo de cocina que me gusta, platos frescos, ligeros, protagonismo del pescado, sencillez y elegancia. Los petiscos tienen precios muy razonables, sobretodo teniendo en cuenta su calidad, así que ya sabéis, el Atlántico al alcance de vuestra mano, no os lo perdáis.
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