Ingredientes
- 1 o 2 remolachas, según el tamaño, con sus hojas
- 2 yogures griegos
- 1 diente de ajo
- 1 limón
- Eneldo fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- Huevas de trucha (opcional)
Elaboración
Lo primero que tenemos que hacer es pelar y cocer la remolacha en abundante agua salada. Como es una verdura que, dependiendo del tamaño, puede necesitar bastante tiempo de cocción lo mejor es tenerla cocida y ya fría del día anterior. Reservad tanto el caldo de cocción como las hojas de la remolacha. Una vez que ya tenemos la remolacha cocida y fría, en un bol grande vertemos el yogur, añadimos un diente de ajo muy finamente picado y removemos. Podemos picar la remolacha muy fina con un cuchillo aunque yo prefiero rallarla con un rallador como hacemos habitualmente con las zanahorias. Picamos abundante eneldo bien fino y cortamos en juliana muy fina las hojas de la remolacha, previamente lavadas y secas. Lo añadimos todo al bol y removemos. Añadimos el jugo del limón exprimido, un chorrito de aceite de oliva y un poco del agua de cocción de la remolacha, para que la sopa no quede tan espesa. Ya sólo queda añadir un poco de sal y servir. Podéis servir el borsch en un plato hondo, un cuenco o incluso en un copa ancha como he hecho yo. En esta ocasión he utilizado para decorar unas huevas de trucha que tenía en la nevera y un poco más de eneldo. Ligero, sencillo, refrescante y diferente!
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