Hasta ahora yo he conseguido obtenerlos de calabacín, zanahoria, rábano y pepino. Podéis elaborar vistosas ensaladas y también platos calientes, depende de la verdura que empleéis y como la queráis usar. El resultado no sólo es visualmente llamativo sino además interesante desde el punto vista gustativo. Puede ser incluso una buena solución para hacer que los niños remisos a comer verduras se animen a probarlas, ya sea por que se crean el trampantojo, cosa improbable, o porque les parezca más divertido, ya sabemos que si todos comemos un poco con la vista, en el caso de los niños esto se lleva al extremo. Como ejemplo de uno de los muchísimos platos que podemos hacer hemos elaborado unos espaguetis de calabacín. Podéis acompañarlos con la salsa que queráis pero yo os recomiendo una salsa sencilla para apreciar mejor la textura y el sabor del calabacín
Ingredientes (para dos personas)
- 2 calabacines alargados
- 6 tomates rojos y maduros
- 2 o 3 dientes de ajo
- Albahaca fresca
- Parmesano recién rallado
- 1 guindilla (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Con un rallador grueso normal, rallamos los tomates. También podemos pelarlos y picarlos en dados pequeños, depende de como os guste la textura de la salsa. En una sartén o una cacerola salteamos los ajos, que habremos picado finamente, con un poco de aceite de oliva y acto seguido añadimos los tomates, la albahaca picada y un poco de sal. Dejamos la salsa cocinándose a fuego lento hasta que se evapore toda el agua del tomate. Si queréis que la salsa tenga un poco de "garrote" junto con los ajos saltead una guindilla sin semillas. Mientras que se va haciendo la salsa, pelad los calabacines y obtened los espaguetis simplemente introduciéndolos en el rallador y girándolos, haciendo un poco de presión hacia abajo. La cocción del espagueti será siempre muy breve, podéis hervirlos un minuto en agua con sal o saltearlos ligeramente en una sartén o wok. A la hora de servir poned los espaguetis en el centro de un plato llano, poned la salsa de tomate por encima y espolvoread con un poco de parmesano recién rallado. Si queréis podéis poner añadir un chorrito de aceite de oliva y decorar con unas hojas pequeñas de albahaca.
Ya podéis disfrutar de este plato de "pasta", mucho más ligero que la pasta de verdad y por lo tanto también ideal para la gente que necesite controlar el peso.
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