Hace poco estuvimos en este restaurante atraídos tanto por las buenas opiniones leídas en la red como por una excelente promoción. La verdad es que es un espacio agradable y tranquilo, con un interiorismo de buen gusto y con un servicio casi impecable. La carta es realmente corta, algo que a mi personalmente no me desagrada siempre que esté bien elegida, de hecho ya he expresado en alguna ocasión mi desconfianza hacia los locales con cartas larguísimas, algo en general incompatible con ofrecer productos frescos y de calidad.
Como entrantes nos decantamos por el sashimi de atún con wasabi y aceite se sésamo
Excelente, ligeramente marinado en salsa de soja y discretamente aliñado, con ese sabor tostado del aceite de sésamo. El corte bien de grosor pero quizás algo corto de longitud para ser un sashimi. Buen detalle el proporcionar unas finas pinzas para comerlo, que hacen sencilla la operación también para quienes no estén familiarizados con el uso de palillos.
Seguimos con el risotto de cocochas de bacalao
Es una lástima que el plato quedase opacado por el grave defecto de que estaba bastante o muy salado, y es una lástima porque las cocochas son uno de mis productos preferidos y porque el risotto parecía bien construido en cuanto a melosidad y grado de cocción del arroz pero todo esto no sirve de nada si nos pasamos con la sal, siempre hay que tener mucho cuidado cuando cocinamos con bacalao desalado.
Entrando ya en platos principales tenemos el rape con salsa de calamares y gambas
El rape un poco insulso y a la salsa, una especie de salsa americana ligera, le faltaba sabor, garrote. Un plato que podríamos considerar correcto pero que no dice gran cosa, decepciona un poco a nivel gustativo. A estos productos sin duda se les puede sacar más partido.
Bastante mejor el entrecotte con setas variadas y jugo de carne
La carne bastante tierna y jugosa, las aromáticas setas y la demiglacé de sabor concentrado conforman un plato bien conseguido, de corte clásico.
En lo que a postres se refiere, de nuevo nivel desigual, muy floja la torrija de horchata
muy grueso el corte del pan, empalagosa y sin recuerdos de la horchata, desde luego sale muy mal parada si la comparamos con otra torrija de horchata que probamos hace no mucho y de la que os dimos cumplida información.
Como contrapunto el cremoso de yogur con frutos rojos
estaba muy bueno, con esos trocitos de galleta caramelizada y ese sirope, realmente apetitoso y bastante ligero. La verdad es que en los postres de restaurantes se percibe una atonía realmente preocupante, la mayoría se decantan por unos pocos que están de moda (algunos muy tradicionales) como la torrija, el coulant, la panacotta, etc y salvo honrosas excepciones no arriesgan ni un milímetro tratando de ajustarse a los que creen que contarán con el favor de la clientela. En realidad esto también pasa ya con el resto de platos, la cocina es algo sujeto a la moda del momento y salvo algunos restaurantes creativos que tienen su propio discurso el resto miran por donde viene el viento.
Como conclusión una cena que no convenció, demasiados altibajos, se ven las ganas y el cuidado en hacer las cosas bien pero falta el tacto para acabar bien los platos, quizás habría que probarlos un poco más.
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