Sin lugar a dudas el verano es tiempo de gazpachos y salmorejos, pocas cosas apetecen mas y sientan mejor cuando el calor aprieta. Son platos clásicos que no obstante admiten infinidad de versiones alternativas, en este artículo hicimos un repaso a algunos de los gazpachos más interesantes a nuestro entender, también hemos hecho algún que otro salmorejo, como éste de frambuesa. Hoy es el turno de éste salmorejo de berenjena y calabacín, a algunos os puede recordar a un baba ganoush, y es verdad que tiene ingredientes comunes, berenjena asada, ajo, aceite de oliva y limón, pero tiene un sabor mucho más mediterráneo, en este caso los acompañamientos son igual de importantes que la crema.
Ingredientes
- 2 Berenjenas
- Un calabacín
- 100 gramos de pan de hogaza sin corteza
- Un diente de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- 1/2 lima
- Pimienta negra
- Sal
- Queso parmesano
- Albahaca
Elaboración
Asamos las berenjenas y el calabacín en el horno, los que tengáis una cocina de gas, como es mi caso, podéis asar la berenjena "a la llama", directamente sobre el fuego, ésto le dará un sabor ahumado muy interesante a la berenjena. Yo he optado por una solución intermedia, por comodidad he asado las berenjenas en el horno y después las he chamuscado con el soplete. Dejamos enfriar, yo recomiendo tomar este salmorejo a temperatura ambiente por lo que es conveniente asar las hortalizas con antelación.
A la hora de preparar el salmorejo trituramos conjuntamente la berenjena, el calabacín, el pan, el ajo, el aceite de oliva y la lima, sazonamos con sal y pimienta. En este caso es necesario conservar toda el agua que soltarán las verduras mientras se enfrían ya que, al mezclar con el pan, la necesitamos para que tenga la textura adecuada. En cuanto a dejar la piel o no, yo prefiero pelar la berenjena, la piel nos daría un color oscuro y un sabor que no es el que buscamos, además en este caso al haberla quemado con el soplete queda descartada, en cuanto al calabacín podéis pelarlo o no, a vuestro gusto, pero la piel es fina y da buen sabor así que yo se la dejo.
Sólo queda servir en un plato, rallar de forma gruesa parmesano por encima (o cortar lascas, lo que prefiráis) y añadir la albahaca, podéis picarla pero yo prefiero poner hojas pequeñas enteras, las grandes las reserváis para otra elaboración. Podéis poner un chorrito de aceite por encima y un poco más de pimienta.
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