Comenzamos con estas Alcachofas torradas en la brasa con crema de berenjenas y queso de cabra.
Las alcachofas son una de mis debilidades, estas estaban deliciosas junto a una crema de berenjenas y queso de cabra, con un muy buen balance entre la cremosidad del queso -que no satura en absoluto el plato- y el sabor ahumado de la berenjena. El toque crujiente lo ponen unos trocitos de alga nori frita y el dulce un hilo de caramelo, si, no es una de esas reducciones de PX ni de vinagre balsámico que tan aborrecidas tengo.
El Pulpo con salsa de tomate, moras y remolacha
fue quizás el plato más sorprendente por el acompañamiento nada habitual del pulpo. Sabores dulces en absoluto invasivos que abrazan perfectamente a un pulpo aromatizado por las brasas. La untuosidad del tomate, la textura crocante de la remolacha, el aroma refrescante del sisho verde hacen de este un plato para recordar mucho tiempo.
Las Cocochas de bacalao con setas y huevas de arenque
estaban absolutamente de vicio. Sin duda el matrimonio entre el bacalao y las setas resulta siempre muy bien avenido, sus sabores se complementan y uno no se impone al otro, además hay setas que ayudan a la propia gelatina del pescado a ligar las salsas. En este caso si no me equivoco tenemos un pil pil ligero ligado magistralmente con las cocochas y las colmenillas. Las huevas aportan un punto de sapidez discretamente salino. Los bizcochitos de yema de huevo -a eso sabían al menos- , tremendamente esponjosos, podían comerse tal cual o, mejor aun , mojarse en la adictiva salsa.
Abanico de bellota con bimi y emulsión de mostaza
El abanico -esa parte que envuelve a las costillas por el interior rica en infiltración de grasa- puede suscitar la alarma en un primer momento cuando intentas cortarlo, sin embargo lo que ocurre es que el cuchillo apenas corta -sugiero cambiarlo por un cuchillo chuletero o de sierra- ya que la carne está tierna, jugosa y muy buena. La emulsión aporta la potencia de la mostaza pero adecuadamente dosificada y el bimi, esa verdura tan versátil que se puede hacer a la plancha o a la brasa sin cocción previa, acompaña muy bien. Y claro, a un abanico de bellota, ¿que mejor cosa podríamos ponerle que un maravilloso jamón de idem?
Ya sabéis lo poco goloso que soy, por eso me gustan los postres con frutas, con chocolate negro, con acidez...tuve suerte ya que estos postres tenían un poco de todo eso. En el Bocado tibio de chocolate, helado de té matcha y vainilla
encontramos varias texturas de chocolate, sabor intenso a cacao y un helado de té de los mejores que he probado, me fascina las posibilidades que el te matcha da en la cocina, y no solamente en los postres, algún día haremos algún plato con él.
La Tarta de limón con helado de vodka y hierbabuena
Visto lo visto, seguramente acertaréis pidáis lo que pidáis. El servicio transcurre de forma fluida y la atención es buena. Sólo me resta decir un ¡Viva "Viva Mascaraque"!, que sea por muchos años y que lo disfrutemos.
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