Está bien de sabor pero para mi la carne está demasiado triturada, forma practicamente un todo indiscernible con la bechamel. Si se hubiese deshebrado la carne creo que habría quedado mejor.
Suele ser habitual que uno de los vuelcos del cocido sean unos encurtidos -más bien es un pseudovuelco ya que no es realmente un elemento del mismo- pero su acidez ayuda en la digestión de las viandas mas contundentes.
La guindilla picaba un poco, como debe ser.
Es ahora cuando empieza lo bueno, con la sopa del cocido, que en lugar de fideos se sirve con un canelón de carne salteada con ajos.
El canelón está rico, el ajo le da un sabor mas potente que me gustó, y el caldo está espectacular, suculento, limpio, sin exceso de grasa ni de sal, con un sabor que engancha.
Y rápidamente aparecen las carnes y las verduras.
Si queréis mas caldo para acompañar el cocido no os preocupéis, os servirán gustosamente el que necesitáis, lo mismo si queréis mas garbanzos. Regamos el cocido con un vino tinto Maduresa, de la D.O. Valencia, que resultó un maridaje inmejorable. La comida fue realmente opípara así que a los postres llegamos ya desfondados, de todas formas la Creme Brulee -crema catalana- de chocolate era floja en mi opinión, no estaba al nivel de la comida salada.
El menú cocido son 17,50 euros por persona, por lo que la relación calidad precio es realmente muy buena. La digestión del cocido resultó un poco pesada, no por el cocido en si sino porque al estar tan bueno comimos un poco de más. Una excelente experiencia, os lo recomiendo.
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