Shere Khan

Cuando uno se dedica a recorrer restaurantes de todos los estilos, con una mentalidad analítica pero al mismo tiempo abierta y libre de prejuicios, asume ciertos riesgos y se expone a situaciones potencialmente desagradables. La visita a Shere Khan ha sido posiblemente la situación más dura que he vivido desde que ejerzo de cronista gastronómico. Si esto ha sido un castigo por el mal kharma acumulado en alguna crítica anterior no del todo justa pido disculpas y considero que con lo de hoy mi culpa queda expiada. Os confieso que no sé por donde empezar a contaros la comida de hoy. Ha estado plagada de todo tipo de detalles chuscos, como por ejemplo una camarera que recitaba los platos a una velocidad inaudita, como si se tratase de un concurso de habilidades, y que no tenía reparos en admitir que, uno, se utilizaba alguna salsa de bote, yo diría que seguramente lo eran todas, y dos, no sabía lo que llevaban algunos platos porque a ella no le gustaban y no los comía. No voy a dedicar mucho tiempo ni detalle a describir la comida, ni lo necesita ni lo merece. Para entretenerse mientras llegaban los entrantes nos pusieron una especie de tortita muy fina con cominos y tres salsas, a cual más infame.




Una de ellas supuestamente llevaba pepino, cebolla y pimiento licuados, la otra una especie de almíbar de ciruelas con trocitos de plátano y otra de origen misterioso, con aceite de mostaza, especias y vegetales, y cito textualmente, unos conocidos y otros no tanto. Ninguna era comestible, siendo la misteriosa indeciblemente salada. La tortita sabía exclusivamente a comino.

En cuanto a los entrantes, nos encontramos con cinco de ellos en la misma fuente:



Una Samosa, con un inconfundible sabor a comida preparada descongelada y frita, lo que pretendía ser una Pakora, es decir, verdura frita en harina de garbanzos, con un origen casi seguramente idéntico al de su vecina de plato, dos trocitos de pollo tandoori y un rollito de carne especiada increíblemente seca y carente de sabor. Un auténtico aquelarre.

Como platos principales trajeron para compartir unas Espinacas con queso, Curry de pollo y Cordero en salsa de mango.






Cada uno de los platos era una parodia macabra de lo que deberían ser, las espinacas inmundas, el curry incalificable como tal, con una salsa molturada de color anaranjado y textura y sabor indefinibles, el cordero, que más bien parecía cabra desahuciada, con una salsa que quizás pretendía ser un chutney industrial pero que era una especie de mermelada pegajosa y grasienta. Para acompañar un arroz "especial" y especiado.




pasado y totalmente insípido y una especie de pan naan relleno de queso




que si nos viésemos obligados elegiríamos como mal menor. A estas alturas y deseando como estaba que todo acabase cuanto antes me había olvidado por completo de que nuestro menú incluía postre. Una especie de bolitas de pan similares a las torrijas y cuyo nombre no me esforcé en recordar y una especie de yogur con mango y algo más





El yogur bebible estaba imbebible y las bolitas tenían un regusto requemado que no incitaba a comerlas precisamente.

Shere Khan, que en el libro de la selva de Rudyard Kipling es un tigre de bengala devorador de hombres, casi acaba con nosotros. La comida que sirven es aborrecible e insufrible. En todo el tiempo que llevo hablando sobre mis experiencias en restaurantes, y van ya cuarenta y siete reseñas, nunca había dicho nada así. Habrá a quien le pueda parecer demasiado duro pero sinceramente no me siento mal en opinar de ésta forma, más bien lo considero una obligación moral. En primer lugar porque si tener un restaurante sin saber cocinar ya es de por si grave, más lo es servir como comida hindú autentica una serie de salsas y elaboraciones industriales y productos prácticamente ya inutilizables. Es un insulto a la gastronomía en general y a la hindú en particular y una falta de respeto a cualquiera que tenga la desgracia de cruzar su puerta.

Con ganas de olvidarme definitivamente de éste tema y quitarme el mal sabor de boca.




















2 comentarios :

  1. Por curiosidad he entrado en tripadvisor a ver que decían y, no solo tiene 4 estrellas, además algunos comentarios chocan de manera espectacular con los tuyos :D (¿amigos/socios comentando?):

    "destaca el cordero con salsa de mango y las berenjenas", "sobresale por su sabor el batido de mango", "La camarera es muy simpática y siempre está dispuesta a resolver todas las dudas"...

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  2. Resulta inverosímil creer que sean opiniones sinceras de personas reales, por desgracia se han destapado y demostrado muchos casos de falsedades en tripadvisor, inclusive de gente que cobra por poner comentarios de forma masiva. Eso si, no seré yo quien haga una acusación asi sin pruebas, simplemente recomiendo consultar fuentes independientes y desinteresadas.

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