La verdad es que viniendo de Germán Carrizo y Carito Lourenço, los dos argentinos que comandan el original Fierro, el restaurante de la única mesa para doce comensales, cabía esperar bastante más de Doña Petrona, un restaurante que, al menos en la teoría, intenta tender un puente entre las cocinas de España, y más concretamente Valencia, y la de Argentina. Aun sabiendo que se trata de un local con precios bastante asequibles esperábamos platos con un poco más de gracia, y también con más calidad, la verdad es que nos ha decepcionado, no sé si habremos tenido mala suerte al armar la comanda pero a la comida le faltaba un poco más de tacto y equilibrio, ahora intentaremos dar más detalles de porque opinamos ésto. En la parte no gastronómica podemos decir que el local, de reducidas dimensiones, es bastante ruidoso (en realidad es la gente la que es ruidosa pero al ser tan pequeño se nota más) y los ventanales de suelo a techo crean una continuidad entre el comedor y la terraza. Las sillas de madera y enea son verdaderamente incómodas y los azulejos decorados utilizados a modo de plato nada funcionales.
Comenzamos con el Tostado de pastrami
el pastrami estaba bueno pero sinceramente no entiendo porque llevaba tal cantidad de queso crema, tuve retirar todo el que pude y aun así su sabor era demasiado dominante. Una pena porque podría haber sido
un sandwich excelente.
Seguimos con el Pan de cristal con molleja, ajo tierno y chimichurri
las mollejas de ternera estaban ricas pero la verdad es que el chimichurri (más aceite que otra cosa) hacía que el pan estuviese bastante aceitoso, también estaba algo salado.
El Calamar con tartar de tomate y mayonesa de hierbas
es un plato muy flojo, aunque el calamar estaba bueno el relleno (bastante pomposo por cierto llamar tartar de tomate a unos trocitos de tomate, cebolla y pimiento) no aportaba absolutamente nada, ni tampoco la mayonesa, una combinación en mi opinión deslabazada y desprovista de interés alguno.
En el terreno dulce el Sorbete de limón, menta y jenjibre
fue sin duda alguna lo mejor, refrescante, equilibrado y delicioso, mientras que la Némesis de chocolate
que debería ser una mousse, se queda a medio camino entre mousse, crema y flan de chocolate. Además, como se puede apreciar en la imagen soltaba un poco de líquido lo que indica que no estaba bien cuajada. Tampoco su sabor convencía siendo las rocas de chocolate con leche lo que mejor estaba.
Una propuesta gastronómica que da la impresión de estar poco trabajada o poco supervisada y que en mi opinión debe mejorar mucho para sobrevivir en un entorno con tantos y tan buenos competidores. Si habéis ido decidme si opináis lo mismo que yo o todo lo contrario.
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