Restaurante El Cabanyal

En este clásico restaurante ubicado en el barrio del mismo nombre el protagonismo sin duda lo tiene el pescado, ya que sólo sirve pescado salvaje de la mejor calidad. En esta época que vivimos en la que en casi todas los cartas encontramos tatakis, tartar de atún, ceviches, etc...platos que me encantan pero que de alguna manera están desplazando a nuestro amplio recetario tradicional de platos de pescado, es muy reconfortante pasarse por un sitio como El Cabanyal donde se sirve una comida tradicional valenciana y española ajena a las modas. Antes de entrar en lo que es la comida en si tengo que comentar algo que me causó sorpresa y desconcierto, se trata de que cuando llegamos nos dieron una carta para que la fuésemos hojeando pero cuando llegó la camarera a tomar nota fue declamando los platos que había ese día, de los cuales casi ninguno coincidía con los que estaban escritos. No me parece mal que la oferta del día se adecúe a los mejores pescados obtenidos en la subasta pero en ese caso, ¿qué sentido tiene mostrar una carta que no tiene nada que ver con la realidad? Me parece una pérdida de tiempo absurda, si alguien del restaurante lee esto sinceramente le estaría agradecido si me lo explicase.

Vamos con los entrantes, el primero Ortiguillas con espárragos de mar.




Me encantan las ortiguillas, cuando son muy frescas y están bien hechas como en este caso, el intenso sabor marino y el contraste entre el exterior crujiente y el interior cremoso, como si fuese una croqueta, es realmente delicioso. En cuanto al espárrago de mar o salicornia, que también me encanta, estaba un poco salado, es un producto que necesita muy poca sal y es fácil pasarse.

El segundo entrante fue un Pulpo al horno con patatas crujientes




de sabor y textura excelentes, con el exterior crujiente, las patatas, hechas con su piel, estaban buenísimas. Transcurrió un tiempo excesivo entre los dos entrantes, el argumento para ello es que al ir a horno necesitaba más tiempo ya que debía hacerse o acabarse en el momento. Resulta plausible pero quizás es algo de lo que se debe avisar.

Como plato de pescado, disfruté dando cuenta del Bacalao desalado a la vizcaína




El bacalao estaba impecable, jugoso, tierno, se separaban las láminas con suma facilidad y la salsa estaba muy buena, un plato al que no hay ningún pero que ponerle.

No podemos decir lo mismo de la Corvina al horno con patatas



al que le penalizaba el exceso de sal. El pescado se notaba que era bueno y estaba bien hecho pero la sal no permitía disfrutarlo, ni tampoco las patatas. Fue cambiado por otra ración de bacalao.

No tengo la sensación de que los postres jueguen un papel preponderante en la oferta de El Cabanyal, en cualquier caso de lo que tenían y para matar un poco el mono de cacao pudimos comer una Tarta de chocolate




que era básicamente una mousse con una base de galleta. Agradable pero no especialmente destacable.

Todo el mundo podemos cometer algún error pero si os gusta el pescado podéis estar seguros de que aquí podréis comer del bueno y preparado por manos experimentadas. Buenos vinos también.
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Sashimi de llisa con salsa ponzu

La llisa (también llamada lisa, mújol, corcón, etc) es un pescado que me encanta, su carne grasa, sabrosa, con vetas que recuerdan al jamón en la parte más próxima a la piel, lo hacen idóneo para comerlo en sashimi. Reconozco que es la primera vez que lo trabajaba de esta manera y me ha costado un poco ya que no es un pescado nada trivial  de limpiar si no eres un experto pero he hecho lo que he podido y creo que el resultado ha sido bastante digno. La próxima vez creo que lo cortaré mas fino ya que la parte de la cola es más dura que el resto y resulta un pelín correosa para comerla cruda si no se corta bien finita. Y una de las mejores salsas para acompañar el sashimi es la salsa ponzu, una especie de "vinagreta" de la que hay infinidad de variantes pero que contiene básicamente tres elementos, salsa de soja, caldo dashi y cítricos, lo más habitual es usar yuzu, que es un cítrico con un sabor muy especial, pero si no lo encontráis podéis usar una mezcla de cítricos, lima, naranja, pomelo, mandarina, etc...






Ingredientes

Para el sashimi de llisa

- Una llisa

Para la salsa ponzu

- Katshuobushi
- Kombu
- Mirin
- Vinagre de arroz
- Yuzu o jugo de yuzu
- Salsa de soja

Emplatado y presentación

- Sashimi de llisa
- Salsa ponzu
- Un nabo daikon
- Un rábano
- Una zanahoria
- Sésamo negro



Elaboración

Sashimi de llisa

Extraemos los lomos de la llisa y les quitamos la piel con un cuchillo bien afilado, les quitamos las espinas con la ayuda de unas pinzas, limpiamos, secamos y reservamos tapado con film.

Salsa ponzu

Llevamos agua a ebullición, apagamos el fuego y dejamos infusionar el alga kombu y el katshuobushi hasta que enfríe, colamos y reservamos. Mezclamos cuatro cucharadas de salsa de soja, cuatro de dashi, cuatro de jugo de yuzu, dos de mirin y dos de vinagre de arroz, removemos y reservamos.

Emplatado y presentación

Cortamos lonchas de pescado con el cuchillo a cuarenta y cinco grados sobre la horizontal y las disponemos encima de un plato. Le echamos un poco de sésamo por encima y acompañamos con nabo daikon, rábano, zanahoria  y un cuenquecillo lleno de salsa ponzu.


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Timbal de lubina al vapor con salsa tártara y emulsión de mostaza

La combinación de pescado y salsa tártara es un clásico que nunca falla y es que sin duda se trata de una de las mejores salsas para acompañar pescado al vapor, escalfado, en papillote, a la sal, etc... lo único que he hecho es darle una presentación distinta, troceando la carne del pescado hecho al vapor y mezclándolo con la salsa, es una elaboración que en cierto modo podría considerarse también una especie de ensaladilla, aunque no lleve patata. Para acompañarla y darle un punto más de sabor me parece ideal la emulsión de mostaza que aprendimos a preparar cuando hicimos el tartar de tomate.




Ingredientes

Para la lubina al vapor

- 2 Lubinas de ración
- Una cebolla
- Una zanahoria
- Un tomate maduro
- 1/2 pimiento verde
- 2 dientes de ajo
- Una hoja de laurel
- Un clavo
- Pimienta en grano
- Un vaso grande de vino blanco
- Sal


Para la salsa tártara

- Una cebolla tierna
- Dos huevos
- Pepinillos en vinagre
- Alcaparras
- Eneldo fresco
- Aceite de oliva suave
- Lima
- Sal
- Pimienta negra


Para la emulsión de mostaza

- Mostaza de Dijon
- Una yema de huevo
- Aceite de oliva virgen extra


Emplatado y presentación

- Lubina hecha al vapor
- Salsa tártara
- Emulsión de mostaza
- Eneldo fresco picado


Elaboración

Para la lubina al vapor

Hacemos un caldo poniendo en una cazuela agua, vino blanco, cebolla, zanahoria, tomate, pimiento verde,  ajo (sin pelar), laurel, clavo y pimienta en grano e hirviendo a fuego moderado durante quince o veinte minutos. Una vez hecho el caldo colocamos una vaporera encima de la cazuela e introducimos las lubinas  salpimentadas, tapamos y hacemos al vapor durante diez minutos si son lubinas de ración, si son más grandes necesitará un poco más de tiempo. Sacamos las lubinas fuera de la vaporera y una vez que se atemperen un poco les quitamos la piel y las espinas, las troceamos con las manos y reservamos.


Para la salsa tártara

Cocemos uno de los huevos y lo pelamos. Hacemos una mayonesa espesa con el aceite de oliva suave (o de girasol si lo preferís), el  otro huevo, un chorrito de lima y una pizca de sal. Hacemos la salsa tártara mezclando la mayonesa con la cebolla tierna, los pepinillos, las alcaparras, el huevo duro y el cilantro, picados todos finamente. Añadimos un poco de pimienta negra recién molida y reservamos.


Para la emulsión de mostaza

Batimos con unas varillas manuales la yema de huevo, añadimos media cucharada sopera de mostaza, volvemos a batir y vamos añadiendo aceite virgen extra a hilo sin dejar de batir hasta que quede bien emulsionado.


Emplatado y presentación

Mezclamos la lubina con la salsa tártara y servimos en un plato con ayuda de un aro de emplatar, con un poco de eneldo fresco picado y emulsión de mostaza. Aconsejo acompañarlo con unas buenas crackers e ir mezclando con la mostaza.



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Almejas a la marinera

Existe alguna confusión sobre la receta de Almejas a la marinera ya que en algunos sitios llaman así a las almejas en salsa verde, sin embargo yo creo que es erróneo ya que se trata de una elaboración muy distinta y que, con sus lógicas variantes, es bien identificable y forma parte de la tradición de tapas marineras que tanta riqueza aporta a nuestra gastronomía. Os voy a contar como las hago yo, no digo que sea la mejor manera pero es la que a mi más me gusta y realmente están deliciosas.





Ingredientes

- 1/2 kg de almejas
- Una cebolla
- 2 dientes de ajo
- 2 tomates maduros
- Pimentón
- Azafrán
- Un vaso de vino blanco seco
- Caldo de pescado
- Una guindilla cayena pequeña
- Aceite de oliva virgen extra
- Perejil


Elaboración

Una o dos horas antes de preparar las almejas las pondremos en aguan fría con sal para que suelten arenilla e impurezas. Lo más adecuado es tener bien preparada la mise en place, en éste caso tendremos el caldo preparado (hacedlo en casa, no seais cutres), la cebolla y el ajo picados finos, los tomates rallados y el azafrán tostado y majado. En una sartén o cazuela ponemos un poco de aceite y pochamos la cebolla y el ajo, cuando estén doraditos añadimos la guindilla y un poco de pimentón y tras tostar levemente el pimentón añadimos el tomate y lo sofreímos bien hasta que reduzca, entonces ponemos el vino blanco, el caldo y el azafrán y cocemos a fuego moderado durante unos quince minutos aproximadamente, tras los cuales pasamos la salsa por un chino. Ponemos las almejas en la cazuela, tapamos y en cuanto se abran espolvoreamos un poco de perejil picado y servimos bien calientes. Podéis ponerlas en una fuente pero a mi me gusta llevarlas a la mesa en la misma cazuela ya que se mantienen calientes más tiempo. Bon appétit.




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La Tòfona

Era un día algo nublado el pasado Domingo, seguramente por ello la sensación de poca luz natural que se siente en este restaurante, cuyo comedor tiene una geometría bastante angosta, era más acusada, si bien se suple perfectamente con una iluminación adecuada y podríamos decir que resulta agradable y acogedor. Además de la carta se ofrecían dos menús, un menú de tapas y un menú con arroz, a dieciocho y veintidós euros respectivamente si mi memoria no me falla. Me apetecía arroz así que opté por la segunda opción, que además incluía tres entrantes y postre. La cosa empezó muy bien pero lo que podría haber sido un rotundo éxito se quedó en una gatillazo parcial, ahora veremos porque.

El primer entrante era una sencilla ensalada de tomate con bonito y mojama, tomate valenciano pelado con bastante sabor, lo cual hoy en día es algo destacable, personalmente no me gusta la mojama, es demasiado salada y además no se puede desalar.



El segundo entrante eran unos Buñuelos de carbón y bacalao




La verdad es que desconozco como se hace exactamente esa película de color negro y sabor ahumado pero el buñuelo estaba muy bueno, con la patata picada en trocitos en lugar de hecha puré lo que le daba una textura distinta que me gustó mucho.


En cuanto a las Gambas al ajillo con ajoarriero




las mejores gambas al ajillo (gambones en éste caso) que he probado en mucho tiempo, el aceite que envolvía las gambas parecía una especie de ajada ya que llevaba ajo y pimentón, el suave y delicado ajoarriero en el fondo del plato hacía de "cimientos" para sostener y acompañar la oleaginosa salsa. Una invitación irresistible a hundir un trozo de pan y rebañar hasta no dejar nada, como así sucedió.

Y llegó el arroz, de alcachofas y cigalas. Muy buena pinta en la paella, aunque no quede constancia ya que se me olvidó hacer una foto antes de servirlo.




Muy buen punto de cocción, un leve exceso de aceite y un no tan leve exceso de sal, una auténtica lástima ya que el sabor "de base" del arroz era bastante bueno pero el exceso salino impedía disfrutarlo. No acabo de entender como pueden suceder estas cosas cuando alguien hace arroces todos los días, debería estar más que medido, bastaría con pesar la sal que se añade con una balanza de precisión, y si no que alguien invente un aparato con una sonda que mida la concentración de sodio en el caldo, ¿existirá ya? En fin, por desgracia, no es la primera vez que me encuentro con este problema y me temo que no será la ultima.


Como postre una Tarta de chocolate negro y dulce de leche, con un intenso sabor a chocolate y una cantidad bien dosificada de dulce de leche para evitar el exceso de azúcar. Muy apetecible aunque una parte hubo que llevársela en una fiambrera ya que la porción era generosa.




La verdad es que si quitamos el arroz lo demás me gustó pero claro, es un defecto demasiado grave para poder pasarlo por alto. Probablemente volvería a este restaurante, pero es casi imposible que volviese a pedir arroz, creo que es bastante comprensible. El menú tampoco estaba bien diseñado, demasiado calórico, el aceite de las gambas, la patata, el arroz, la tarta, todo cosas muy contundentes. Seguramente lo mejor sea pedir a la carta.











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Tacos de pollo asado


Podrían escribirse, y probablemente se hayan escrito, libros enteros sobre como aprovechar los restos del pollo asado y lo mismo podría aplicarse al cocido y algunas otras comidas. En el caso del pollo asado, uno de los platos que más me gusta hacer con lo que sobra son unos tacos o fajitas. Si os curráis un poco los acompañamientos podréis disfrutar de una comida o cena auténticamente festiva. En este caso, además de acompañamientos crudos que me encantan como el aguacate, la cebolla roja y el cilantro, hemos hecho dos salsas, una salsa oscura partiendo del jugo que soltó el pollo al asarse, y que al haberlo dejado enfriar pudimos desgrasar muy fácilmente, y una salsa picante de tomate y pimientos, de intenso sabor, obtenida mezclando tomate fresco y seco y pimientos dulces y picantes.







Ingredientes

Pollo deshilachado

- Un pollo (preferiblemente de corral)
- Un vaso de vino blanco
- Sal
- Pimienta negra


Salsa oscura de pollo

- Jugo de pollo desgrasado
- Una cebolla
- Un puerro
- Una zanahoria
- Una ramita de apio
- 2 dientes de ajo
- Una hoja de laurel
- Pimienta negra en grano
- Orégano
- Tomillo
- Vino blanco
- Chuño o maicena para espesar
- Salsa Perrins


Salsa picante de tomate y pimientos

- 8 tomates rojos y maduros
- Un pimiento rojo pequeño
- Un pimiento verde
- Una guindilla roja
- Un jalapeño verde
- 3 dientes de ajo
- Un trocito de jenjibre
- 3 o 4 tomates secos
- Una hoja de laurel
- Orégano
- Albahaca fresca
- Cilantro
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra


Acabado y presentación

- Pollo deshilachado
- Salsa de pollo
- Salsa picante de tomate y pimientos
- Un aguacate
- Un manojo de cilantro
- Una cebolla roja
- Tortitas de maíz


Elaboración

Pollo deshilachado

Si ya habéis asado el pollo éste paso os sobra, si lo asáis ex profeso para hacer los tacos proceded como en ésta otra receta.

Salsa oscura de pollo

En una cazuela ponemos el jugo de pollo desgrasado con el vino blanco y el resto de ingredientes (excepto el chuño y la salsa Perrins) hervimos a fuego lento durante media hora aproximadamente y colamos. Espesamos con un poco de chuño o maicena y le añadimos un poco de salsa Perrins para intensificar el sabor.

Salsa picante de tomate y pimientos

En una sartén freímos el pimiento rojo y el verde en trozos, añadimos los ajos en láminas, el jalapeño y la guindilla roja y el jenjibre y cuando se doren ponemos el tomate en trozos y sin pelar. Añadimos un poco de orégano, unas hojas de albahaca, una hoja de laurel y dejamos cocinar a fuego medio lento hasta que reduzca el agua del tomate, aunque no debe quedar demasiado espeso. Cuando quede poco para que esté lista la salsa añadiremos los tomates secos (previamente rehidratados en agua caliente) y en el último momento unas hojas de cilantro. Pasamos la salsa por un chino y reservamos.

Acabado y presentación

Pelamos y picamos la cebolla roja a pluma, pelamos y cortamos en tiras el aguacate, ponemos el cilantro en hojas enteras. Calentamos y servimos en una fuente el pollo deshilachado y en cuencos la cebolla, el aguacate, el cilantro, la salsa oscura y la salsa picante, las tortitas las pondremos dentro de un paño después de haberlas calentado en un sartén sin aceite.



Y ahora sólo queda que cada cual se monte los tacos a su gusto pero ya os digo yo que todos los elementos casan perfectamente, al menos en mi opinión. Amigos mexicanos, resistan.




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Pollo de la coronación en pan de pita

El "Coronation chicken" es una receta que fue creada para el banquete de coronación de la reina Isabel II de Inglaterra por la chef francesa Rosemary Hume. Aunque inicialmente, y todavía hoy, el pollo se acompañaba con arroz, también se ha convertido en un relleno para sandwich muy popular entre los ingleses. Hay muchas versiones de la receta, nosotros presentaremos una más, en la que hemos introducido dos ingredientes que no suelen ponérsele como el apio y el cilantro pero que a nosotros nos parece que le va muy bien. También hemos sustituido la crema agria por yogur.







Ingredientes

- Un pollo (preferiblemente de corral)
- Un puñado de pasas
- Un vasito de ron
- Un vaso de vino blanco
- 4 o 5 orejones
- Un puñado de almendras laminadas
- Un yogur natural
- Un huevo
- Aceite de oliva suave
- Una lima
- Una ramita de apio
- Chutney de mango (ver receta aquí).
- Curry
- Canela
- Sal
- Pimienta negra
- Cilantro
- Pan de pita


Elaboración

Salpimentamos el pollo y lo ponemos en una fuente para el horno con el vaso de vino blanco, el tiempo de asado del pollo dependerá lógicamente del tamaño del horno, de la temperatura y del propio horno, yo recomiendo asarlo a 180 º. Mientras se asa el pollo tostaremos también en el horno las almendras laminadas.
Cuando el pollo esté asado, lo sacamos del horno, dejamos que se enfríe lo suficiente para no quemarnos, le quitamos la piel y los huesos, deshilachamos la carne y reservamos. Ponemos las pasas a remojar en el ron.
Hacemos la mayonesa con el huevo, un poco de sal, un chorrito de lima y aceite de oliva suave. En un bol mezclamos la mayonesa con el yogur, las almendras (que deben haberse enfriado previamente para que no corten la salsa), el apio picado muy fino, las pasas escurridas, los orejones picados, una cucharada de chutney de mango (también se vende envasado), un poco de canela, sal y pimienta negra, una cantidad generosa de curry y un poco de cilantro picado. Es conveniente que la salsa repose en la nevera entre media y una hora para que los sabores se mezclen bien.
Para terminar la receta sólo tenemos que mezclar el pollo deshilachado con la salsa, tostar el pan de pita, abrirlo un poco, rellenarlo y servirlo inmediatamente para que esté bien crujiente. Cenaréis como una reina, o un rey.











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Sopa templada de tamarillo con albahaca y mozzarella

El tamarillo o tomate de árbol es un fruto algo ácido que tiene muchos usos en la cocina, desde salsas, jugos, postres, por su acidez es muy indicada también en gazpachos y otras preparaciones frías. Yo he querido hoy hacer una sopa templada jugando (y controlando) con la acidez del tamarillo e intentando que fuese muy aromática. El resultado es una sopa de sabor suave y sutil, ligeramente ácida y dulce, a la que hemos acompañado con una mozzarella previamente aromatizada para darle un poco más de gracia, creo que os gustará si la hacéis. A pesar de lo largo de la lista de ingredientes en realidad es una receta bastante sencilla así que animaros.





Ingredientes

Caldo de verduras

- Una cebolla
- Un puerro
- Una zanahoria
- Un pimiento verde
- Un nabo
- Un diente de ajo
- Un trozo pequeño de jenjibre
- Una rama de apio (con sus hojas verdes)
- Unas ramas de perejil
- 2 hojas de laurel
- 2 hojas de lima kaffir
- Una ramita de citronela
- Pimienta negra en grano
- Pimienta de Sitchuan

Mozzarella aromatizada en aceite

- Mozzarella de búfala
- Aceite de oliva virgen extra
- Galangal
- Una ramita de citronela 
- Albahaca fresca
- 2 hojas de lima kaffir
- Pimienta negra en grano
- Pimienta de Sitchuan

Sopa de tamarillo

- 8 tamarillos
- 8 chalotas
- 2 dientes de ajo
- Caldo de verduras
- Una cucharadita de azúcar de palma
- Albahaca fresca
- Pimienta negra
- Aceite de oliva
- Sal

Acabado y presentación

- Sopa de tamarillo
- Trocitos de mozarella aromatizada
- Hojas pequeñas de albahaca para decorar
- Pimienta negra recién molida
- Aceite de oliva con el que hemos aromatizado la albahaca


Elaboración

Caldo de verduras

Ponemos todos los ingredientes en litro y medio de agua y hervimos alrededor de cuarenta y cinco minutos, colamos y reservamos caliente.

Mozzarella aromatizada en aceite

Cortamos la mozarella en taquitos y la ponemos en un bol cubierta con aceite y el resto de ingredientes, dejaremos alrededor de una hora en la nevera bien tapada.

Sopa de tamarillo

Una vez hecha la "mise en place", que en este caso consiste en pelar y picar las chalotas, el ajo y el tomate de árbol, en una cazuela salteamos la chalota y el ajo, después incorporamos el tamarillo hasta que reduzca un poco, añadimos el caldo y unas cuantas hojas de albahaca y cocemos a fuego suave alrededor de quince minutos. Al cabo de ese tiempo añadimos la cucharadita de azúcar de palma, trituramos y colamos, dejamos que se atempere un poco, la idea es tomarla templada, no demasiado caliente.

Acabado y presentación

En un plato hondo o cuenco ponemos un poco de la sopa de tamarillo, encima de esta unos taquitos y unas hojas pequeñas de albahaca. Terminamos con un poco de pimienta negra recién molida y un poco del aceite con el que habíamos marinado la albahaca.

Tengo curiosidad por ver como le iría a la sopa triturarla también con un poco de mascarpone, la cremosidad y dulzor de éste queso creo que le irían francamente bien, lo probaré la próxima vez.


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Esmarris de anchoas

El Esmarris es un plato marinero típico de la Costa  Dorada, Tarragona. Es un plato sencillo, la parte más entretenida es desespinar las anchoas una a una si queréis ponerlas limpias pero con un poco de práctica se hace fácilmente. Mi versión difiere de las más ortodoxas en la adición en la picada de avellanas y sobretodo de guindilla, ya que me gusta que pique un poco. Una manera más de preparar este delicioso pescado que a veces queda muy encasillado en la triada boquerones en vinagre, boquerones fritos y anchoas en salazón cuando lo cierto es que sus posibilidades son enormes.




Ingredientes

- 1/2 kg de anchoas
- 2 ñoras
- 3 tomates rojos y maduros
- Pimentón
- 3 dientes de ajo
- Perejil
- 6 avellanas crudas (opcional)
- Una guindilla (opcional)
- Una o dos hoja de laurel
- Un vaso pequeño de vino blanco
- 1/2 litro de caldo de pescado
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal


Elaboración

Le quitamos la cabeza y las espinas a las anchoas intentando que los dos lomos queden juntos, lavamos, escurrimos y reservamos. En una sartén freímos los tres dientes de ajo enteros y las avellanas. Hacemos la picada en el mortero o en una picadora, para ello pondremos los ajos, las avellanas, un ramillete de perejil, la pulpa de las ñoras (previamente rehidratadas en agua caliente), un poco de pimentón y de canela, pimienta negra y un chorrito de aceite crudo. Mezclamos este majado con el tomate rallado y en una cazuela lo ponemos a reducir hasta que el agua del tomate se haya evaporado. Añadimos el vino blanco, el caldo de pescado y el laurel y dejamos cocer a fuego suave durante alrededor de quince minutos. Añadimos las anchoas salpimentadas que se harán en tres o cuatro minutos y ya tenemos nuestra cazuela de boquerones lista.

Este guiso admite muchas variaciones, se me ocurre que podríais ponerle cebolla, pimiento verde, un poco de pan frito en el majado para espesar, almendras en lugar de avellanas, un poco de vinagre, lo que más os guste. Que no se os olvide tener pan a mano ya que este es un plato para mojar.




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Come y Calla

Tras nuestra gran experiencia en Macel.lum hace unos meses ayer le tocó el turno a su hermano pequeño, Come y Calla, restaurante informal montado por Alejandro Platero y dedicado a las tapas y platillos, algunos de ellos tradicionales de la cocina española y otros propios (o con influencias) de otras cocinas. Fue una cena con luces y sombras, con algunos fallos importantes, hay muchas cosas por pulir, otras directamente por cambiar o eliminar. Pero mejor será que os hable directamente de los platos que perderme en disquisiciones abstractas.

Comenzamos con un Taco crujiente de cochinillo pibil



Pasando por alto el hecho de que un taco es algo que tiene una cierta flexibilidad que permite cerrarlo, lo cual no era el caso, el "relleno" del taco estaba bueno, el cerdito, la cebolla roja, el guacamole, lo hacían un bocado apetitoso, el único pero el exceso de aceite de la fritura del taco, que dejó un reguero sobre el papel que cubría el plato.

La mini pizza de boletus, mozzarella, trufa y rúcula


no estaba mal de sabor pero me hubiese gustado percibir algo de textura, pequeños trozos de boletos, al final era una especie de paté de boletus con algo de trufa (si realmente lo era, que sinceramente lo dudo) en el que los sabores se difuminaban un poco.

Del Ceviche de corvina y agua de coco lo mejor que podemos decir es que la corvina esta muy fresca,  tierna y bien cortada




Pero después, la adición de aceite es un tanto discutible, para mi no beneficia en nada al ceviche, el agua de coco no se percibía en absoluto y el picante brillaba por su ausencia, le faltaba algo de ese garrote que le da al ceviche un poco de ají. A pesar de todo esto se comía con agrado.

Con las Alas de pollo Cajún y barbacoa de naranja pinchamos literalmente en hueso, y esto es porque la salsa que cubría las alas era terriblemente salada, posiblemente debido a la salsa hoisin, que hay que saber dosificar muy bien pues lleva mucha sal y azúcar.




Fuimos incapaces de comerlas y las cambiamos por un Steak Tartar Ras el Hanout, plato que viene resaltado con el dato de que fue elaborado por Alejandro Platero en el programa Top Chef



No sé como lo preparó Alejandro en su momento pero éste estaba excesivamente sazonado, el puntito de la mezcla oriental de especias resultaba interesante pero se pasaron un poco con la mostaza y también con la sal, no tan exagerado como con las alas pero en cualquier caso lo suficiente para no poder disfrutar del plato.

En el terreno de los postres bien el de Chocolate, Guiness y café



Intenso sabor a chocolate con el puntito de amargor de la cerveza negra, bizcocho esponjoso, buen helado de café.

En cuanto a la Tarta de manzana de Alejandro Platero me imagino que si la vende con su nombre es porque debe estar bastante contento de ella


pero siento decir que no veo por donde cogerla, y no por el hecho de que cuando intentas partir la lamina crujiente de arriba el interior se desparrama sino que no le veo la gracia o el interés a la espuma con leve sabor a manzana, mucho a canela, trocitos de galleta y un poco de compota en el centro. Sintiéndolo mucho no se si es que no entendí el concepto pero no me gustó nada, se quedó casi sin tocar.

En fin, ya habéis visto que hay mucho por mejorar, también el servicio adolecía de una cierta lentitud y falta de coordinación a pesar de que no es un restaurante con muchas mesas ni los platos son complejos de elaborar. No se reconoce la cocina ni el espíritu de Macel.lum.
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Clam Chowder al estilo de Benicarló

Este no es un plato típico de Benicarló, el nombre es un pequeño chascarrillo, que entenderéis en cuanto os explique de donde viene la idea para hacer éste plato. El Clam Chowder es una sopa de almejas muy tradicional del este de Estados Unidos, concretamente de la zona de Nueva Inglaterra, de hecho el más típico y famoso se llama así, Chowder al estilo de Nueva Inglaterra y se cocina con nata o leche. Hay otras formas de prepararlo, quizás la más conocida sea el Chowder al estilo de Manhattan, que utiliza tomate en lugar de nata. Pues bien, teniendo en cuenta que las almejas y las alcachofas hacen buenas migas he hecho una versión del Clam Chowder sustiyuyendo la nata (o el tomate) por una cremita de alcachofas, podríamos decir que he hecho un cruce entre dos platos, el Clam Chowder y las alcachofas con almejas. Y si a esto había que llamarlo de alguna manera, ¿que mejor que hacer un homenaje a Benicarló, del que la alcachofa es su producto gastronómico estrella?

  



Ingredientes

- 4 alcachofas medianas
- 1 kg de almejas
- 6 Chalotas
- Una patata
- Jamón para hacer tacos
- Grasa de jamón ibérico (opcional)
- 3 dientes de ajo
- Un vaso pequeño de vino blanco
- Cebollino
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimenta negra
- Sal
- Crackers (opcional)
- Lonchas finas de jamón para hacer crujientes (opcional)

Elaboración

Quitamos las hojas externas a las alcachofas y cocemos los corazones en agua durante alrededor de veiniticinco minutos, tras los cuales las trituramos con el caldo de cocción y colamos, debe quedar una crema ligera, no muy espesa. Mientras se cocinan las alcachofas aprovecharemos para abrir las almejas al vapor, retiramos las valvas y reservamos los bichos cubiertos con parte de su jugo (que habremos pasado por una estameña para eliminar posibles resto de arena). En una olla o cazuela ponemos un poco de aceite y si queremos un poco de grasa de jamón y salteamos las chalotas y el ajo, que habremos picado finamente. Añadimos las patatas cortadas en pequeños cubos y el jamón en taquitos, le damos unas vueltas, añadimos el vino blanco, que dejaremos reducir a seco, la crema de alcachofas y el jugo de las almejas. Dejaremos cocer todo junto de diez a quince minutos, es importante poner poca o ninguna sal hasta después de haber añadido el jamón y el jugo de las almejas. Cuando esté todo listo añadimos las almejas. Podemos servir el chowder con crackers, que es lo tradicional, y un crujiente de jamón, que haremos poniendo finas lonchas en el horno a 180 grados entre dos papeles de horno (con algo de peso encima) hasta que queden crujientes.

Es un plato muy completo y nutritivo, sencillo aunque tiene algo de faena porque hay distintas preelaboraciones pero ya sé que vosotros podéis con esto y con más.


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Tartar de tomate

La idea de deshidratar los tomates para hacer este tartar la he sacado del libro "Cocina con Joan Roca", después ya le he puesto los condimentos a mi gusto aunque la emulsión de mostaza la he hecho también exactamente igual que en el citado libro. Como no tengo deshidratador, he deshidratado los tomates en el horno durante dos horas a setenta grados, teniendo en cuenta el actual precio de la electricidad quizás me habría salido más barato hacerme el tartar con buey de Kobe... en fin, viendo todas las posibilidades que tiene el deshidratador y su asequible precio probablemente lo adquiriré en breve. Es un plato bastante curioso porque el aspecto y la textura es muy similar al del steak tartar pero tiene un intenso y delicioso sabor a tomate.





Ingredientes

- Tomates rojos (yo he usado tomates en rama)
- Cebolla tierna
- Pepinillos
- Alcaparras
- Cebollino
- Albahaca fresca
- Orégano
- Salsa Perrins
- Tabasco
- Mostaza de Dijon
- Una yema de huevo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
- Tostadas o crackers

Elaboración

Escaldamos los tomates, los sumergimos en agua con hielo y los pelamos. Les quitamos las semillas y los ponemos en una bandeja del horno sobre papel de hornear. Los tendremos en el horno dos horas  a setenta grados con la puerta no del todo cerrada para que no se acumule vapor dentro y con el ventilador encendido para que el calor se distribuya uniformemente, una vez listos los sacamos del horno y los cortamos en dados. Para hacer la emulsión de mostaza mezclamos la yema de huevo con una cucharada sopera, mezclamos energicamente con unas varillas manuales y vamos añadiendo aceite de oliva a hilo para que emulsione bien. Mezclamos en un bol todos los ingredientes, los dados de tomate, la cebolla tierna, los pepinillos, las alcaparras, un poco de albahaca y de cebollino, todo picado muy fino, un poco de orégano, un pelín de salsa Perrins, unas gotas de tabasco, pimienta negra recién molida y emulsión de mostaza al gusto. Mezclamos bien y rectificamos de sal si fuese necesario. Servimos en un plato con la ayuda de un molde, se acompaña muy bien con unas tostadas finas o unas crackers, en este caso yo he puesto unas de espelta.

Como veis a pesar de su sencillez tiene faena pero su sabor os sorprenderá, un plato apto para vegetarianos (excepto por la salsa Perrins, que lleva extracto de anchoas) y si además se omite la yema de huevo también para veganos.




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